Rubalcaba acusa al PP de «enfangar» la política porque no tiene programa
Cree que los ciudadanos no van a perdonar a los populares que solo sepan sembrar «malos rollos» y dar «malas noticias»
MÉRIDA. Actualizado: Guardar«La gente espera de nosotros mucho más que un insulto a (Mariano) Rajoy». Así comenzó su intervención Alfredo Pérez Rubalcaba en el acto de proclamación de la candidatura de Guillermo Fernández Vara a la Presidencia de la Junta de Extremadura, pero a continuación se dedicó a reprochar a los populares, eso sí sin insultos, su nula colaboración con el Gobierno para superar la crisis y generar confianza entre los ciudadanos. Actúan así, afirmó el vicepresidente del Gobierno, porque como «no tienen ideas» prefieren «enfangar» el terreno de juego político para que la contienda electoral se desarrolle «a garrotazos».
Rubalcaba se trasladó ayer a Mérida para respaldar a Fernández Vara en la reelección como presidente extremeño, uno de los pocos objetivos que el PSOE cree tener seguro en los comicios del 22 de mayo. Una convicción que se fundamenta, según el vicepresidente, en que los ciudadanos pasarán factura en las urnas dentro de tres meses al partido opositor porque no van a perdonar «a la derecha» que se haya dedicado a sembrar «malos rollos», dar solo «malas noticias», transformar «lo malo en muy malo, y lo bueno en malo», y dibujar «todo negro, muy negro».
Señaló que Rajoy invita a sumarse a su proyecto «a todo el que dice no» a José Luis Rodríguez Zapatero «y luego ya veremos cómo lo arreglamos». Un planteamiento, a su juicio, con el que reconoce la inexistencia de un programa en el PP. «Cómo se puede esforzar alguien menos» para llegar a ser presidente del Gobierno, se preguntó. Mariano Rajoy, clamó el vicepresidente, debe saber que «no se puede construir sobre el no. Que haga algo más que pedir el voto contra nosotros».
El número dos del Gobierno pidió a los socialistas que sean constructivos en esta campaña electoral y ante cada descalificación o insulto que reciban, respondan con una propuesta para luchar contra el desempleo.
El PSOE, dijo, tiene tres prioridades: «empleo para los que lo han perdido con la crisis, empleo para los que no lo han tenido nunca y empleo para los desempleados de larga duración». En definitiva, «empleo, empleo y empleo» porque crear puestos de trabajo, añadió, es el objetivo irrenunciable de las reformas que ha puesto en marcha el Ejecutivo.
Con la referencia permanente de la creación de empleo, el vicepresidente comentó que a los socialistas «no nos interesa nada ese escenario de garrotazos, no nos interesa nada de esta basura» de las «injurias y descalificaciones». El PSOE, «por respeto a los ciudadanos», donde está cómodo es en el debate de las ideas y de las propuestas.
Desánimo
Rubalcaba reconoció que la situación es «complicada» porque no es fácil explicar algunas de las medidas que se han tomado, pero pidió a los socialistas «no caer en el desánimo». Recordó en este sentido el fallido golpe del 23-F, del que los españoles «salimos todos juntos», y aquel intento militar de interrumpir la democracia en 1981, manifestó, fue «una situación peor que esta». Ahora, prosiguió, está a la vuelta de la esquina la reválida de las elecciones autonómicas y municipales, que son «muy importantes» y «mucho más» si cabe porque hay una crisis.
Explicó que son unos comicios «clave» porque lo que está en juego es «cómo se quiere salir de la crisis». Hay dos formas, dijo, se puede salir sin dejar a nadie abandonado a su suerte o con la opción individual de que «a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga». La primera, vino a decir, es la que intentan los socialistas, mientras que la segunda es la que propugnan los populares aunque parezca que están sumidos en «un ataque de izquierdismo» al intentar erigirse en el partido de los trabajadores o al descalificar el acuerdo con los sindicatos y los empresarios para la reforma del sistema de pensiones.
Rubalcaba denunció que un partido no se convierte en «el más social por gritarlo todos los días». No, añadió, «el movimiento se demuestra andando» y rememoró que en los ochos años de gobierno de José María Aznar las pensiones, a pesar de ser un periodo de bonanza económica, apenas se revalorizaron, mientras que en los seis años de mandato de Zapatero, los dos últimos de crisis, han aumentado cerca de un 30%.