Un ejercicio de fe del Córdoba en Chapín
Actualizado: GuardarCualquier otro hubiera dicho basta, se hubiera plantado y hubiera buscado el camino del quirófano. Él, Javi Flores, no. Lucas Alcaraz le pidió un esfuerzo extra por el Córdoba en Jerez y accedió. Eso sí, tuvo la recompensa de un golazo. Ganaba el Córdoba 1-2 y se había dejado por el camino alguna que otra oportunidad para sentenciar. Entonces, un rechace a media altura cayó sobre su pie derecho y cargó sobre el balón con rabia, ganas, pasión. Tal vez, por eso hizo del esférico un misil sobre el que nada pudo hacer Chema. La pelota entró. Prácticamente, era la sentencia y sabedor de esa circunstancia salió corriendo hacia el fondo ocupado por 50 valientes cordobesistas a los que no hizo reproche alguno. Se besó el escudo, su escudo, el del Córdoba, que se llevaba una merecida alegría. Porque el Córdoba que ayer venció en Chapín fue un equipo ordenado, rápido, equilibrado y listo.