Los otros dos golpes
Actualizado: GuardarNo hubo grandes repercusiones en Cádiz durante las otras dos intentonas golpistas. Respecto a 1982, siempre se quiso minimizar dicho brote de rebeldía para intentar tranquilizar al Ejército. Se trataba, en palabras de Felipe González, de una «minoría histérica, frente a cuya histeria hay que mantener la serenidad». González, como presidente y otros cargos civiles y militares, fueron los principales objetivos de quienes planearon un magnicidio durante el desfile del Día de las Fuerzas Armadas en La Coruña, en junio de 1985. El propósito habría sido responsabilizar a ETA de la colocación de varias bombas durante la parada militar. Se dio al traste con el complot pero nadie fue juzgado. A juicio del Gobierno y del CESID, los cómplices se encontraban vigilados y no suponían ya riesgo alguno. Al año siguiente, se celebraba el referéndum de la OTAN y parecieron apaciguarse las salas de banderas.