![](/cadiz/prensa/noticias/201102/20/fotos/5143042.jpg)
Rajoy apoyará la reforma de las cajas si vuelve a fluir el crédito
Prevé que el PSOE recurrirá en campaña al debate ideológico, un error porque Zapatero ha sido el presidente de los recortes sociales
ALBACETE. Actualizado: GuardarMariano Rajoy evitó eclipsar el gran día de su lugarteniente y asumió con gusto el papel de telonero en el mitin que ayer celebró el PP ante más de 2.000 albaceteños para festejar la proclamación oficial de María Dolores de Cospedal como candidata a la presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha. El líder del PP, no obstante, dejó entrever algunas de las claves de la campaña para las elecciones del 22 de mayo, además de criticar al Ejecutivo por «tejer y destejer» la reforma de la ley de cajas, a la que dará su apoyo solo si se abre el grifo del crédito a empresas y familias.
El jefe de la oposición barrunta que el PSOE rescatará dentro de poco el «antiguo» debate ideológico, es decir, prevé que los socialistas se aferrarán como a un clavo a la demonización de la derecha frente a la imagen progresista de la izquierda como último recurso para intentar dar la vuelta a las encuestas. Una apuesta que, a su juicio, carece de sentido porque José Luis Rodríguez Zapatero pasará a la historia de la como el presidente que ha acometido «el mayor recorte social» de la democracia.
Rajoy, al que los asistentes interrumpieron varias veces al grito de «¡oa, oa, oa, Rajoy a La Moncloa!», refrendó su intención de convertir los comicios municipales y autonómicos en un plebiscito para que los ciudadanos juzguen a Zapatero, y adaptó el mensaje al terreno que pisaba. «Votar al PP es decir no a José Luis Rodríguez Zapatero y sí a Castilla-La Mancha», proclamó.
Y es que el jefe de filas del PP otorga un valor estratégico a la batalla castellano-manchega dado que el PSOE lleva 30 años gobernando en esta comunidad. «Todos los jóvenes que están aquí solo han conocido a un presidente socialista», primero fue José Bono y ahora es José María Barreda. Un monopolio, añadió, que debe romperse por higiene democrática.
Rajoy considera que una victoria de Cospedal sería la prueba irrefutable de que «el cambio empieza aquí y luego llegará a toda España». El PP calcula que si es capaz de vencer en plazas con tradición socialista su victoria en las elecciones generales de 2012 sería incontestable. Es más, tildó de «urgente» ese triunfo «porque la gente no se resigna y sabe que hay otra manera de hacer las cosas».
Una confianza en sí mismo que quedó patente cuando preguntó al auditorio albaceteño si quería saber qué haría cuando llegue a la Moncloa. El «sí» fue atronador. Sin embargo, dejo a los presentes con la curiosidad intacta y no desveló ninguno de los secretos de su futura acción de gobierno que tan celosamente guarda. Aunque no entró en detalles, aseguró que la lucha contra el desempleo será su gran reto para los próximos cuatro años porque su objetivo será el de ocuparse «de lo que realmente le interesa a los ciudadanos» y no perderá ni un minuto en «ocuparme del pasado».
Dudas
Rajoy no habló ni de la ilegalización de Sortu ni del chivatazo a ETA ni de la designación de Francisco Camps como candidato a la Generalitat de Valencia. El único tema de actualidad que abordó fue el de la reforma de la Ley de las Cajas de Ahorros. El líder del PP anunció que su formación rechazará en el Congreso esta reforma si no se garantizan que la mejora servirá para que aumente el crédito a empresarios, pymes y familias.
Reclamó, asimismo, «transparencia» y que se sanee «todo lo que haya que sanear» para lograr el objetivo de que los emprendedores tengan posibilidades de financiar sus proyectos.
El líder opositor lamentó que el Gobierno se dedique a «tejer y destejer» las soluciones de temas claves para la ciudadanía. Se refirió, en concreto, al proceso de «reforma de las reformas» que está llevando a cabo Zapatero, en alusión a los «continuos» cambios en la reforma del sistema financiero o en la de pensiones.