MORENO LEYENDA

C ualquiera que conozca mínimamente a Vicente Moreno sabe que el valenciano no lo está pasando nada bien. El hombre ni tan siquiera ha flojeado la sonrisa, pues sabe llevar perfectamente la profesión por dentro. Pero Vicente es competitivo al máximo. Es de los que no quiere perder ni a las chapas. Siempre quiere ganar, siempre quiere ser el campeón, el número uno, el primero -de hecho, cada vez que puede se coloca el primero en el avión-. Por eso, lo de quedarse en el banquillo cuando se encontraba en un gran momento de forma tiene que haber provocado un tremendo volcán en su interior. ¡Miedo me da al que pille por delante cuando la lava rebose!

El palo fue importante, pero en este caso entiendo las dos posturas. Por una parte, me parece tremendamente injusto que Moreno salga del once inicial del Deportivo cuando el polivalente azulino apenas había dado motivos para que le sienten en el banco. Es más, Vicente y sus 37 años se encontraban en un espectacular momento de forma como demostró en partidos como el del Barça B imponiéndose a los rapidísimos delanteros de Luis Enrique.

Ahora voy a la otra orilla, en la que se encuentra un Javi López que también tenía argumentos más que suficientes para apostar por la juventud, rapidez y contudencia de dos futbolistas con mucha proyección como Leandro Gioda o Lombán.

El otro día le decía a Viqueira que la decisión era tan difícil como sencilla, pues no era fácil descartar a uno, pero en cualquiera de los casos terminaría acertando -como se demostró en Los Pajaritos-.

De cualquier manera, mi respeto hacia una leyenda viva como Moreno me hace decantar la balanza hacia el valenciano. Y de lo que esto totalmente seguro es que el tiempo no desechará muchas jornadas para volver a colocar en el equipo a Moreno. Un jugador eterno hoy y siempre.