La Junta justifica las cacerías en La Almoraima por razones ecológicas

El colectivo ecologista Verdemar hizo pública ayer la denuncia que acababan de formular ante la Delegación Provincial de Medio Ambiente por la celebración de dos cacerías en la finca La Almoraima, en Castellar, donde se llegaron a sacrificar entre 150 y 200 ciervos. La respuesta del Ministerio de Medio Ambiente, propietario de los terrenos, no se hizo esperar. Aseguran que estas monterías están autorizadas y que, además, tienen un fin ecológico.

Los conservacionistas indican en la denuncia que durante el mes pasado se produjeron dos monterías, una el día 15 y otra el día 29. Un portavoz del colectivo, José Fuentes, explicó ayer que entre las prácticas supuestamente irregulares que se cometieron está la caza de hembras preñadas «sin ningún tipo de control». También indicó que los cazadores alimentaban a los animales con la finalidad de que se reunieran en un mismo lugar «para poder cazarlos de una forma más masificada».

Verdemar solicita que se investigue si se han infringido los instrumentos legales de planificación cinegética y de conservación de recursos naturales, así como el plan técnico de caza. «Creemos que esto no sólo va contra la legislación, sino contra la ética. Desvirtúa el hecho de cazar incluso para los cazadores porque no se enfrentan de tú a tú con el animal».

Desde el ministerio se confirmó que la actividad cinegética en La Almoraima cuenta con los permisos necesarios y se realiza de acuerdo a un Plan Técnico de Caza aprobado por la Consejería de Medio Ambiente con el objetivo de preservar el equilibrio ecológico. «Son necesarias para la conservación y el adecuado mantenimiento del alcornocal, presionado por el exceso de fauna cinegética», indicaron desde el departamento que dirige Rosa Aguilar.