Cuba se queda sin 'jabas'
Las autoridades de la isla investigan la misteriosa desaparición de las bolsas de la compra de las tiendas oficiales pero no del mercado negro
LA HABANA. Actualizado: Guardar«Lo siento, no tengo 'jabas'. Hace dos semanas que no nos surten». La excusa la ofrece una vendedora de Galerías Amazonas, un complejo de tiendas de La Habana. La clienta, sin extrañarse, saca una bolsa blanca de plástico y mete el desodorante y la colonia que acaba de comprar. En cambio, un extranjero se encontró que no tenía dónde llevar los dos pollos, el paquete de salchichas y media docena de cervezas que acababa de pagar en un establecimiento del barrio de Miramar.
Al «no tenemos 'jabas', están perdidas», le siguió un «¿desea que le ponga una caja?». Ante la disyuntiva, los alimentos salieron en una caja de jabón de tocador. Pero unas calles más arriba, un anciano sentado en una silla de ruedas ofrecía desde la acera de un agromercado pegamento, velas y montones de bolsas. A escasos pasos, una mulata también las vende, a un peso cada una. El gran misterio es por qué los comercios oficiales no tienen y en cambio en el mercado negro abundan.
Decenios atrás la 'jaba' era conocida en Cuba como el morral de los mendigos. En la actualidad, son una señal de cubanía, un aditamento consustancial. Raro es el hombre y mucho más la mujer que salga de su casa sin llevar una 'jabita' doblada en el bolsillo o en el bolso.
La extensión en el uso de tan preciado envase hizo que su desaparición fuera noticia en la prensa local. Turey Veciano, gerente de Carlos III, el mayor centro comercial de La Habana, también se resiente de su carencia pese a que, al igual que otros grandes establecimientos, las regalan. «Cada día sin esos envases dejamos de ingresar 4.000 o 5.000 CUC (3.300 o 4.160 euros) porque hay personas que si les damos la mercancía en las manos no compran», señaló Veciano al diario 'Trabajadores'. Una cifra nada desdeñable para un solo centro considerando que el salario medio es de 17 euros al mes.
Rastrear dónde se pierden las dichosas 'jabitas' es casi inútil. De las tres fábricas del país, Plinex está en crisis, con deudas acumuladas de 6,5 millones de euros. La crisis financiera unida a la falta de piezas de repuesto y la baja productividad refleja cifras desastrosas. «En 2000 la producción llegó a 204 millones de unidades, los 9,8 millones de 2010 indican que la entidad tocó fondo», señalaba el rotativo de los trabajadores comunistas.
Según estimaciones oficiales, actualmente se utilizarían en todo el país entre 1.000 y 1.200 millones de unidades al año. Pero si las fábricas no las producen ¿de dónde salen? Algunas son desviadas de las escasas producciones locales. Otras son robabas de las que se importan.
En este caso son las bolsas, un producto a todas luces visible e imprescindible, pero el caso serviría de ejemplo para otras desapariciones misteriosas de cemento, geles, champús y un largo etcétera a las que el régimen que dirige Raúl Castro está decidido a seguir la pista, descubrir y castigar.