Planta de fabricación de automóviles en Valladolid. :: R. C.
Economia

Catorce sectores protagonizan el cambio productivo en España

Logran más rentabilidad que sus competidores europeos con unos niveles de deuda equivalentes o inferiores

MADRID. Actualizado: Guardar
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Una dosis de optimismo. En un número importante de segmentos de actividad, que van desde la restauración a la producción de alimentos, pasando por la consultoría, las telecomunicaciones, la industria química y la que fabrica aparatos eléctricos, las empresas españolas con un peso significativo en la economía son más rentables que sus colegas de grandes países europeos y, pese a la dureza de la crisis, siguen siendo capaces de atraer inversión del exterior. Se trata de subsectores bien regulados, con un alto grado de internacionalización, tradicionalmente exportadores, que ahora se están abriendo paso en nuevos y dinámicos mercados emergentes.

Si las reformas ya en marcha tienen éxito, se acierta y se aceleran las que aún están pendientes -negociación colectiva, reestructuración bancaria, liberalización de mercados de bienes y servicios, transformaciones para abaratar la energía- la competitividad de estas compañías saldrá reforzada y se habrá puesto una base sólida para el tan reclamado «cambio de patrón» del modelo productivo.

Lo asegura el servicio de estudios de BBVA, que documenta con pruebas sus afirmaciones. Identifica catorce subsectores, con un peso equivalente a casi la mitad del total del valor añadido bruto español, y los compara con sus competidores de Alemania, Francia e Italia. Las empresas españolas que pertenecen a ellos obtienen rentabilidades sustancialmente más elevadas que sus colegas europeos en la mayoría de los casos, en tanto sus niveles de deuda son equivalentes o incluso inferiores. Han permanecido, además, relativamente al abrigo de la recesión interior, porque su cuota sobre el conjunto de las exportaciones nacionales supera el 76%.

Este grupo de subsectores -aseguran los autores del informe- ha sido clave para que las ventas españolas al exterior no perdieran posiciones en el comercio mundial tras la adopción del euro. De hecho, entre las economías de mayor peso en la eurozona, tan solo Alemania y España no han cedido cuota exportadora a favor de los países emergentes. Los segmentos de actividad destacados también han contribuido de forma decisiva a que España se mantenga entre los principales países receptores, con un 3,4% de los flujos de la inversión mundial en los últimos años.

Inversión y exportación

En estos momentos, la economía española tiene como uno de sus objetivos prioritarios diversificar su patrón de crecimiento, tras la fuerte reducción del peso de la inversión residencial. Pese a las incertidumbres generadas por los recortes de primas a la industrias de las renovables, el informe considera que el sector energético ejemplifica la mejora en la regulación. Exhibe uno de los mejores diferenciales positivos de rentabilidad con el promedio europeo y sigue ofreciendo oportunidades de inversión.

Otro ejemplo de éxito es el comercio. Esta área de actividad, que a escala mundial no es receptora de inversión extranjera directa, ocupa una posición estratégica en España donde concentra nada menos que el 18% de los desembolsos procedentes del exterior. Especialmente significativo es el 'desembarco' de fondos en el comercio mayorista (15,1%).El sector químico también destaca por el alto porcentaje de inversión foránea (8,6%) y los expertos ponen de relieve, en el segmento farmacéutico, la dotación de capital humano altamente cualificado en el campo de las ciencias de la salud y la vida, así como en la biotecnología.

Por tradición, las empresas industriales españolas se volcaban sus esfuerzos en el exterior en los momentos de crisis. En anteriores episodios de recesión pudieron contar, además, con las devaluaciones competitivas. La llegada del euro ha modificado estas pautas.

Entre los factores más positivos que presentan los sectores candidatos a pilotar el nuevo modelo de crecimiento está la expansión de sus exportaciones en mercados distintos de la Unión Europea. Las empresas de estas áreas de actividad, con la automoción a la cabeza, representan tres de cada cuatro euros vendidos en el exterior. Y en ellas han crecido las ventas a destinos asiáticos, países europeos fuera de la UE y africanos. El peso de todos estos mercados ya representa un 34% del total, diez puntos más que en la pasada década.