CÁDIZ

El sector dedicado al servicio sobrevive a la recesión económica de la zona

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Pese al fracaso empresarial, el carácter emprendedor de algunos comerciantes gaditanos parece no sucumbir al tercer año de crisis.

Algunos valientes no quieren perder la oportunidad de emanciparse, aún conociendo el riesgo que conlleva abrir un negocio en los tiempos que corren. Este es el caso de la pastelería Alameda, actualmente en periodo de reformas.

Tras la quiebra de su predecesora Di pan, su propietario Antonio Romero afirma que no teme correr la misma suerte, y que la zona supone una oportunidad para el sector gracias al tránsito turístico. «Compañía es una calle de paso y hay demanda de pastelerías. Nosotros nos dedicamos a los productos típicos de Cádiz con pensamiento de tener como principal foco de venta al turismo», declara el empresario.

El campo hostelero es la única apuesta viable para mantenerse a flote, ya que los negocios más rentables de la zona son los dedicados al sector de servicios.

La farmacia Celia Guerrero y el bar Brim, ambos con más de 50 años de historia, apenas han notado la recesión en sus ventas. «La fórmula para que un proyecto empresarial funcione es que tus productos sean de calidad y asequibles al bolsillo del consumidor en esta etapa de crisis económica. Con esto consigues una cartera de clientes fijos que nunca te fallan», admitía Antonio Díaz Orcero, dueño del bar Brim.