La caridad, preocupación de las cofradías
Las hermandades, preocupadas por la falta de recursos de sus devotosLa Defensión pone en marcha la última de las iniciativas para ayudar a los más necesitados de la sociedad
JEREZ. Actualizado: GuardarHan tardado en darse cuenta, o quizá es que no tenían las articulaciones mínimas necesarias para hacer frente a tanta necesidad, pero las hermandades han terminado de comprender que sin la ayuda al prójimo, sin la preocupación por los necesitados, pierden una de los soportes básicos de su existencia. Formación, caridad y culto. Esos son los tres anclajes que repetitivamente nos han asegurado que sostenían a las corporaciones religiosas de la diócesis, a las hermandades y cofradías. Y si bien el culto estaba más que asegurado, y la formación es el principal campo de cultivo de las asociaciones, la caridad estaba relegada a un segundo plano que la crisis económica ha obligado a destapar.
Ya no hay hermandad o cofradía que no tenga su campaña de navidad, bien es cierto, pero ya son muchas las que han hecho efectiva la creación de una bolsa de caridad independiente en su gestión de la hermandad, para poder garantizar unos ingresos que vayan destinados de manera íntegra a los más necesitados. Y no sólo de las corporaciones, conste, sino en muchos casos de las parroquias, de los centro vecinales, de la feligresía o incluso traspasando nuestras fronteras. Perú, Haití, Kenya, Senegal... Son tantos los países a los que hermandades han ayudado, que sería imposible nombrarlos a todos. Pero sería injusto olvidar tantos y barrios periféricos de nuestra ciudad, e incluso las propias barriadas donde residen las hermandades.
Es más, hay cofradías que viven volcadas en su barrio, y en las necesidades que presente. Así, la cofradía del Soberano Poder redoblará sus esfuerzos en esta próxima legislatura para que nadie de la barriada de la Granja pase necesidad, y para que los jóvenes puedan labrarse gracias a la formación un futuro mejor en una ciudad que ronda los 30000 parados. Esa es la prioridad de las cofradías, no sólo ayudar a los que más necesitan, sino también formar e instruir a los más jóvenes para que nada les falte en un futuro.
La última, la Defensión
De hecho, cofradías que ya ayudaban a sus hermanos y devotos como la Defensión han decidido articular una bolsa de caridad que, gobernada y gestionada por la propia junta de gobierno de la cofradía, actúe de manera independiente en la mayoría de los casos. Esta cofradía del Martes Santo ha decidido formar una bolsa de caridad que desarrollará la práctica totalidad de las actuaciones y actividades asistenciales que la hermandad viene desarrollando, así como servirá para canalizar todas las solicitudes y peticiones de ayudas que se efectúen a la misma.
De esta manera, los presupuestos de caridad de las hermandades se desligan de manera definitiva de las juntas de gobierno, olvidando por tanto una figura tan representativa antiguamente en las hermandades como era el diputado de caridad, que ha pasado a denominarse diputado de acción social, ya que las necesidades de los devotos de nuestras hermandades han sobrepasado y con mucho las necesidades económicas, debiendo las cofradías encargarse en muchos casos de buscar trabajo o formación cultural para muchos hermanos que la demandan. De hecho, en la propia diócesis, Cáritas y Manos Unidas están absolutamente desbordadas por la demanda actual que llega cada día a las dependencias del Palacio Bertematti, y el Iscra actúa como centro formativo para muchos jerezanos y miembros de la diócesis que aspiran a tener una mayor formación personal.
Es una obligación impuesta desde las altas instancias por tanto, y que nace desde el propio seno de nuestras hermandades, que no pueden permanecer impasibles antes la lacra que el desempleo y la crisis está creando en nuestra sociedad. Así, cofradías como la Coronación crearon hace tiempo la bolsa de caridad San Juan, que todas las semanas da de comer a numerosas familias del barrio de San Pedro, y mantiene vigente, aunque con estatutos propios, a la Fundación Paz y Aflicción, que se encarga de buscar un mejor destino a los más ancianos. No es la única cofradía que trabaja en este sentido, puesto que la hermandad de las Angustias cada mes hace una compra que abastece a multitud de familias, y las Cáritas parroquiales no dan abasto en sus cometidos. La hermandad de la Yedra tiene a su cargo a más de cien familias, que bien valdrían la coronación canónica de la Esperanza de la Yedra, y la Borriquita también mantiene iniciativas de este tipo durante todo el año.
Todo es poco, cuando hablamos de ayudar a los más necesitados. Porque si antes eran los hermanos los que ponían su trabajo, su ilusión y todo su empeño para mejorar el patrimonio de las cofradías, ahora no se entendería que no fueran estas corporaciones las que sacaran la cara por sus propios hermanos, y por todos los que tengan una necesidad, ya que los cristianos, y las cofradías por tanto, no hacen distintivos de fe a la hora de ayudar a las familias.
El hambre, la necesidad, el paro... Circunstancias que las cofradías no han dejado pasar en balde. Obligaciones que las hermandades, como prueba la creación de la bolsa de caridad de la Defensión, no olvidan entre bordados y bandas de música. Y bien harían en reconocérselo de una vez...