Sociedad

Wall Street y la dictadura argentina en la Berlinale

La segunda sesión del festival rinde homenaje al cineasta Jafar Panahi, detenido en Irán, y que debía formar parte del jurado

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Dos películas después de la grandiosa inauguración de la Berlinale que ofreció a su publico el estreno en Europa de la excelente cinta de los hermanos Joel y Ethan Coen, 'Valor de Ley', además de la presencia de los dos directores y de Jeff Bridges, la rutina regresó a Berlín con dos películas que abrieron la cacería del Oso de Oro y los de Plata y que examinan temas tan opuestos como pueden ser la noche cuando comenzó la gran tragedia financiera que azotó al planeta en 2008 y la brutalidad y el miedo que reinó en Argentina cuando el país estuvo gobernado por una junta de militares asesinos.

Las dos cintas tienen calidad, pero el tema que eligió el estadounidense JC Candor para debutar como director de un largometraje y el reparto de actores que dan vida en la pantalla a una pequeña y ambiciosa familia de 'brokers' en un banco de inversiones anónimo con dirección en Wall Street, atrajo la atención mediática y también la del publico gracias a la presencia de Kevin Spacey, Jeremy Irons y Paul Bettany en Berlín.

La ópera prima de Candor, 'Margin Call', no defraudó a nadie y dejó al desnudo que la avaricia es un mandamiento a tomar en cuenta en el mundo de Wall Street y que la dignidad humana se pierde rápidamente cuando le ofrecen a alguien ganar 170.000 dólares a la hora, si logra salvar lo que se pueda salvar en la víspera del gran crash que sacudió al mundo con la quiebra de Lehman Brothers

Cheney también intenta mostrar que los corredores, que solo sueñan con aumentar el balance de sus respectivas cuentas corrientes, también pueden tener un lado humano y que lloran cuando se les muere la mascota, pero el rasgo desaparece cuando están en juego bonificaciones millonarias, si los modernos gladiadores del dinero tienen éxito en vender la basura tóxica.

El debut de la realizadora argentina Paula Markovitch, con la cinta 'El Premio', muestra el reino del terror que impuso la dictadura argentina a través de la soledad de una mujer y su hija de siete años, que viven en una casa semidestruida, que parece una cárcel sin candado, ubicada en una playa solitaria.

La hija está aleccionada por su madre para que no cuente los motivos que le obligaron a huir de Buenos Aires, pero un día, el Ejército organiza un concurso escolar y la niña revela el secreto familiar. «Los militares son malvados. Ellos mataron a mi prima y también a su piano, al que dejaron lleno de agujeros», escribe. El problema de la cinta es que la directora muestra a lo largo de más de una hora, escenas casi repetitivas de la casa-cárcel y la escuela, sin aportar nada valioso. El mérito es que enseña el mundo sórdido de la dictadura sin recurrir a escenas violentas y tiene éxito en transformar a una grupos de niños en buenos actores.

La Berlinale ofrece este año, una variante inédita y solidaria con un director iraní que debía formar parte del jurado y que no pudo llegar a Berlín por estar condenado a una pena de seis años de cárcel después de haber sido encontrado culpable de cometer el delito de «propaganda contra el régimen». Jafar Panahi.

El día de la inauguración la presidenta del jurado leyó una carta de Panahi donde explica con humor ácido el crimen cometido en su país y ayer, el festival programó su cinta 'Offside'.