El guitarrista es, además, compositor de algunas de las letras más exitosas de las últimas décadas. :: L. V.
ENTREVISTA

«Se puede hacer fusión, pero sin perder el respeto a nuestro legado»

El artista jerezano resume mañana sobre las tablas del Muñoz Seca más de medio siglo de carrera profesional Paco Cepero Guitarrista y compositor

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Paco Cepero es el guardián de la pureza. De la esencia de su arte, el flamenco, y de la inocencia del que empieza. A poco más de un año para los 70. La ilusión de un joven con la maestría de un veterano forman el maridaje perfecto para fraguar recitales con un sello inconfundible. La marca Cepero continúa cosechando éxitos, esos que van más allá de los premios y reconocimientos oficiales. Que tiene varios e importantes. Su público, el que logra que el jerezano se sienta «vivo», es tan fiel como su amada Chari, la personificación de su primer amor, la guitarra. Pasión eterna, como su música y sus letras, esas que tan bien han paseado Lolita, Rocío Jurado, Isabel Pantoja o Chiquetete, entre otros muchos. Agarrado con fuerza a su mástil y punteando con ternura las cuerdas. Así regresa Paco Cepero a las tablas portuenses. Mañana, en el teatro de su tierra adoptiva (a partir de las 21 horas), el artista repasa más de cincuenta años sobre el escenario.

-Chiclana, El Puerto, después va a Alemania... ¿no se cansa?

-Para nada, antes, cuando había más festivales, me recorría la provincia una y otra vez. La guitarra es la que me da la vida, en el momento en el que no tengo concierto me siento mal. Tocando es como me siento vivo y estar en contacto con el público es lo más importante para mí.

-De sus múltiples facetas artísticas, siempre ha dicho preferir la guitarra, ¿nunca tendrá otra opinión?

-Sigo componiendo. Este Lunes Santo se estrena una marcha procesional que le he hecho a la Hermandad de la Virgen de La Palma. La he compuesto sin ánimo de lucro, creo que es un pequeño legado gracias al cual se me va a recordar.

-¿Cómo cambia de tercio, de flamenco a marcha procesional?

-Cualquiera que tenga creatividad puede hacer música. Yo compongo con la guitarra, pero ahora he trabajado para una banda de cornetas y tambores. El año pasado pegó mucho en Sevilla la marcha de El rey flagelado.

-¿Qué es lo que ofrece en sus últimos recitales?

-Hago un recorrido por mis últimos trabajos, 'De pura cepa', 'Corazón y bordón' y 'Abolengo'. Es un recorrido por mi vida. Soy muy personal y en todo lo que hago se nota mi personalidad. Cuando se me escucha, no existe discusión, es Paco Cepero. Así, cuando me viene la inspiración, me resulta fácil imprimirle mi sello.

-¿Le molesta las comparaciones?

-He luchado mucho para tener ese sello propio, para que se note mi personalidad. Para conseguirlo hay que reunir muchas cualidades. Ha sido una lucha constante y lo seguirá siendo. Yo trato de no ver a los demás para no dejarme llevar por lo que hacen.

-¿Y que se fijen en usted?

-Con tantos años de profesión, con mis discos y mis numerosas composiciones, voy camino de convertirme en leyenda. Es normal que los que empiezan se miren en algún espejo. Es un orgullo.

-Ha trabajado con los más grandes, sin desmerecer a los que no nombre, ¿hay alguno que admire especialmente?

-Si todos esos cantaores y cantantes no hubiesen apostado por mí, no estaría donde estoy. Todos han sido importantes y también todos los trabajos que hemos hecho juntos. Algunas cosas han salido muy bonitas y otras algo más regular. He estado con Manolo Caracol, Juan Antonio Mairena, La Perla de Cádiz, El sordera, Camarón, Chiquetete, Terremoto, Pansequito... El abanico de compañeros es muy amplio.

-Con esos antecedentes, ¿cómo logra un flamenco grabar cosas diferentes?

-El arte se va empapando con la vida, se vale de tus vivencias, exige creatividad y sensibilidad a flor de piel. Al principio, cuando empecé, soñaba con hacer muchas cosas. Ahora he comprobado que he conseguido buena parte de ellas, pero tengo claro que me moriré aprendiendo.

-¿Piensa como algunos compañeros de profesión que el flamenco no necesitaba ser declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad?

-Es un reconocimiento que el flamenco se ha ganado a pulso. Lleva años llenando los mejores teatros del mundo. Significa plasticidad en la danza y fuerza en el cante, es un idioma universal. Bienvenido sea este reconocimiento, sí, pero es cierto que lleva años siéndolo.

-Otros lo han tomado como un impulso...

-A nadie le amarga un dulce, un reconocimiento es algo que llega al alma. Yo, que he recibido varios, así lo siento. Por cierto, pienso que a los artistas que le tienen que dar premios es mejor dárselo en vida, para que pueda disfrutarse con la familia.

-No piensa en la retirada pero, ¿qué opinión le merecen los nuevos flamencos?

-Soy admirador de la nueva hornada, pienso que van a pegar muy fuerte. Lo que me gustaría es que lucharan para que no se pierda el sabor flamenco. Que se haga fusión, pero no que se pierda el respeto. El flamenco es un legado muy importante que nos dejaron nuestros mayores. Van por muy buen camino y eso es vital para que la llama del flamenco permanezca viva durante mucho tiempo.

-En el ciclo 'Flamenco viene del sur' han rebajado el caché de los artistas. Algunos se resignan, otros ya han mostrado su enfado...

-Hay muchos que llevan razón. Es verdad que las instituciones no están para tirar cohetes, pero duele mucho tener un caché y que te lo rebajen. Si es para repartir entre más artistas, muy bien, pero si no, sienta muy mal. Es ley de vida que los jóvenes empujen a los veteranos, yo también estuve en ese bando, pero es importante no olvidarse de los grandes.

-Siempre le ha compuesto al amor, ahora que viene el día, ¿dedicaría alguna estrofa?

-'Cuando te llega el amor la primavera se vuelve eterna en tu corazón'. Se la dedico a la vida, cuando estás enamorado se ve todo muy bonito y te salen cosas que llegan a sorprenderte.