Aires de cine antiguo
Actualizado: GuardarLos hermanos Coen saben lo que hacen. Su carrera como cineastas es de las más regulares e interesantes de Hollywood. Con algún altibajo irremediable, con 'No es país para viejos' dieron un buen campanazo y reforzaron su amor por el cine de género y, por qué no decirlo, de autor. En la excéntrica y recomendable 'Un tipo serio' exploraron temas habituales en su filmografía como la fe, el judaísmo, la responsabilidad familiar o la mortalidad. A través de 'Valor de ley' se atreven a indagar en los mecanismos de la venganza, enarbolando una propuesta inusual en los tiempos que corren desde el momento en el que apuestan por el western, un género que suele ser veneno para la taquilla.
Las películas del Oeste tuvieron su época dorada. En los últimos tiempos más de un realizador incauto y atrevido ha pretendido insuflarle oxígeno, a ver si retornaba a la gran pantalla con fuerza, pero los intentos han resultado baldíos. Sin embargo, con 'Valor de ley' el atrevimiento funciona y la cinta peleará por los Oscar en las principales categorías. Joel Coen y Ethan Coen se han basado en la novela de Charles Portis, la misma que sirvió de punto de partida a un western protagonizado en 1969 por el inmenso John Wayne.
Jeff, poco de fiar
Protagoniza esta historia de venganza una niña que quiere vengar la muerte de su padre. Le pone rostro Hailee Steinfeld, nominada como Mejor Actriz de Reparto. A su lado, un desvencijado Jeff Bridges esgrime el rifle, optando al Oscar al Mejor Actor gracias a un rol hecho a su medida. Es un tipo borracho y malencarado que no se lo piensa a la hora de disparar. Su objetivo es un asesino sin escrúpulos interpretado por Josh Brolin, a quien deben dar caza antes de que lo capture un ranger de Texas encarnado por el prolífico Matt Damon. Maldad, amor, tesón. todo ello envuelto en una conseguida atmósfera de western, difícil género con el cual se atreven abiertamente los Coen, tras tocarlo tímidamente en la excelente 'No es país para viejos'. Para Joel y Ethan esa película era un thriller moderno y los tonos de las dos películas difieren: «'No es país para viejos' estaba ambientada en Texas», explica Joel, «pero era una película contemporánea. Nadie monta a caballo excepto en el sentido de que la gente tiene que conducir para llegar al campo. Nunca pensamos que fuera realmente un western, para nosotros era algo diferente».
Además, no se trata en absoluto de un remake. Bridges, por ejemplo, abordó su papel dejando completamente a un lado la interpretación de John Wayne, en una época cinematográfi ca muy distinta. «Mi personaje cabalga sobre la ley, tiene un pie de lado de la ley y otro pie totalmente en contra de ella», observa el carismático actor sobre su personaje. Su interpretación ya es reclamo más que suficiente para pasar por taquilla. Trabajar con Bridges hizo surgir la rivalidad de una manera original en el reparto, según apunta Damon: «Jeff compone un protagonista norteamericano clásico porque es perfectamente imperfecto», reflexiona. «Es divertido, dinámico, y aporta una alegría contagiosa a su trabajo». El rey de la saga Bourne se quedó especialmente impresionado por la forma en la que la debutante Hailee Steinfeld se mantuvo a la altura de sus compañeros de casting.