A. D. Lusi Do Campo Schrodel

Andaba yo por el Campo del Sur, hace algún tiempo, cuando vi un viejo sillón de muelles rotos tirado por los bloques. Hay que ver lo sucios que son los gatos, me dije. Encontré después dos botellas vacías de cerveza y varias bolsas de plástico con restos de dos cajas de pizza. Hay que ver lo sucios que son los gatos, volví a pensar. Devié mi paseo para no pisar vidrios de botellas rotas, y vi un bote amarillo de lejía flotando en el agua y una valla del ayuntamiento tirados por los bloques. Luego me topé con una lavadora ¿Cómo habrían podido transportarla hasta allí los gatos?, pensé. Nada, no salía de ese pensamiento: Además de sucios son dañinos estos animales. Pero, por más empeño que puse, no vi a ningún gato arrastrando muebles viejos ni tirando bolsas de basura por el Campo del Sur. Eso sí, creí ver a un hombre arrojando raspaduras de pared que llevaba dentro de una gran lata de pintura. Qué raro.

¿Llevará razón D. Luis Do Campo? Pues me he informado de que los gatos pasan dos tercios del día aseándose y hasta entierran sus excrementos. ¡Que barbaridad! Con lo higiénico que es utilizar el WC y que medio Cádiz defeque en la Bahía.(Medio Ambiente acaba de expedientar al Ayuntamiento de Cádiz por este motivo) Eso además de que cada unos de nosotros, los gaditanos, producimos una media de 5 kilos de basura, en su mayor parte no desagradable.

Pero qué sucios son los gatos...

Sería muy positivo que este Señor -al que sin duda no le gustan los animales- fuera un poco más objetivo y pusiera el mismo empeño contra el vandalismo urbano que se ensaña con los árboles y plantas de la ciudad, el destrozo de bancos, de papeleras, las pintadas por puertas y fachadas, las bolsas de basura (y colchones, y sillas y lavadoras.) que se arrojan por cualquier punto de Cádiz. O con este Ayuntamiento que ha 'perdido' el histórico guardacantón de la Casa Rivadavia, por poner un ejemplo. Porque es demasiado fácil tomar como cabeza de turco a seres inocentes que no pueden defenderse.