Las operaciones de riesgo representan en la provincia en torno a un 15% de los préstamos concedidos para comprar una casa. :: ÓSCAR CHAMORRO
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Más de 17.000 gaditanos pagan al banco más de lo que valen sus pisos

La crisis ha devaluado sus viviendas y no podrían saldar la deuda hipotecaria adquirida ni aun vendiéndolas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La morosidad en las hipotecas de alto riesgo es seis veces superior a las habituales y después de la sentencia de Navarra, que por primera vez reconoce el embargo de una vivienda como pago a una deuda bancaria, las entidades empiezan a preocuparse.

Entre 2007 y 2009 se concedieron en la provincia en torno a 17.000 préstamos hipotecarios por encima del 80% del valor de tasación. Si se tiene en cuenta que el precio de los inmuebles ha ido cayendo en picado, los propietarios de estas viviendas sobrevaloradas pueden verse en un verdadero problema si dejan de pagar las cuotas.

La cifra se obtiene al cruzar las operaciones hipotecarias que publica el Instituto Nacional de Estadísticas de ese periodo con el porcentaje de operaciones de riesgo que ofrece el Banco de España de manera trimestral. Esta proporción bajó del 17,1% en 2007, cuando el ladrillo alcanzó su mayor pico al 15,3%, en el segundo trimestre de 2009.

El índice en cuestión se conoce como 'loan to value' y mide la relación entre el precio de la propiedad y el dinero prestado por la entidad. El mayor grueso de los préstamos concedidos en los años del boom inmobiliario no superaron el 70%, pero las tasaciones fueron generosas, amparadas en un mercado que no ha dejado de crecer y revalorizarse.

El baile de los precios

Era fácil encontrar ofertas de bancos que se prestaban a financiar el piso y la cocina. O incluso llegaron a ofrecer a sus clientes ya endeudados hasta las cejas la posibilidad de ampliar sus préstamos para comprar el coche.

Por lo general, este tipo de hipotecas, que los economistas han llegado a denominar 'ninjas', fueron suscritas por jóvenes de no más de 30 años que no tienen un empleo estable. En el caso de la provincia, muchos están relacionados con la construcción o la hostelería. En el resto de España se ha visto también un importante colectivo de inmigrantes procedentes de Latinoamérica que compraron una casa para establecerse, pero eso no se ha repetido en Cádiz.

Ahora los pisos de estos clientes de riesgo valen mucho menos. Si pretenden venderlos, tendrán que ajustarlos a la oferta del mercado que hoy es entre un 7% y un 13% inferior que hace tres años, según el informe del Ministerio de Fomento para ciudades mayores de 25.000 habitantes. La rebaja dependerá del lugar en el que se encuentre. No es lo mismo cerca de la playa que en el interior y tampoco ha evolucionado igual en Cádiz que en municipios como San Fernando y Jerez, donde la caída de precios es más grande.

Si la venta no da resultado, el banco embargará la propiedad que saldrá a subasta. Y si queda desierta, podrá adjudicárselo por poco más del 50% de su valor de tasación, que esta vez se calcularía a la baja. Eso no exime de la deuda al propietario original, que tendrá que seguir abonando cuotas hasta que liquide el pago total o sufragarlo con otros bienes.

Ante este crudo panorama y tras la publicación de la sentencia de Navarra que da la razón al propietario de un piso embargado, los gaditanos han recurrido a la Unión de Comerciantes de Cádiz (UCE). Hace apenas unos días que el colectivo ha comenzado a atender este tipo de reclamaciones. Su responsable provincial, Miguel Ángel Ruiz, asegura que ya estudian más de 60 casos y en muchos de ellos se cerraron acuerdos por más del 80% del valor de tasación.

La Unión de Consumidores analiza situaciones de todo tipo, desde madres solteras que se quedaron en paro y ya han recibido la carta de embargo a padres de familia que tiene que pagar un alquiler tras entregar su vivienda. El presidente de UCE recuerda que «el caso de Navarra es una jurisprudencia menor y no sirve de modelo para todas las demás». También hay que tener en cuenta que cabe la rectificación.

En cualquier caso, los que consiguieron una hipoteca por encima del 80% de la tasación seguirán atados a sus pisos aunque se vean obligados a entregarlos hasta saldar el total de la deuda.