El FMI hace una devastadora crítica de la etapa con Rodrigo Rato al frente
Una auditoría interna constata que se minimizaron riesgos y se ofrecieron señales confusas sobre la crisis que se avecinaba
NUEVA YORK. Actualizado: Guardar¿Por qué el Fondo Monetario Internacional (FMI) no fue capaz de prever el cataclismo financiero que se avecinaba y alertar a los estados miembros para que desactivaran lentamente la burbuja hipotecaria? Esa es la pregunta a la que ha respondido con crudeza la Oficina de Evaluación Independiente del FMI, con un estudio que critica «la cultura de gobierno» de la organización que en esos años dirigía Rodrigo Rato.
No es que entre los economistas más sesudos del mundo no hubiera nadie que viera venir la mayor crisis económica desde la Gran Depresión, sino que dentro del FMI predominaba una cultura de complacencia hacia las grandes economías desarrolladas como EE UU y no se aceptaba ningún análisis que las criticase. «Buena parte del personal ha confesado haber estado preocupado por las consecuencias que tendría exponer puntos de vista contrarios al de la dirección», contó ayer el director de la auditoría, Moises Schwartz.
Los periodistas españoles que durante la etapa de Rato (2004-2007) tuvieron oportunidad de participar en Washington en alguna de sus comidas recuerdan cómo se revolvía contra quien osase cuestionar las bondades de exuberancia crediticia que inflaba el mercado inmobiliario con hipotecas basura a insolventes. El entonces presidente de la institución que debía haber vigilado la salud financiera no veía riesgo alguno en la orgía financiera que se llevaba a cabo en las grandes potencias.
«Durante el despegue de la crisis la vigilancia del FMI estuvo caracterizada por un exceso de confianza en la resistencia de las grandes instituciones financieras y el apoyo de sus prácticas», explicó ayer Schwartz. «Menospreciaron los riegos asociados al boom inmobiliario y a la innovación financiera, así como la necesidad de mayor regulación para confrontarlos».
La arrogancia de quienes creían que «una crisis de largo alcance en las economías avanzadas era improbable» tuvo mucho que ver con no atreverse a cuestionar las finanzas de los poderosos. «En las economías emergentes de mediano tamaño se reciben mejor (las sugerencias)», observó ayer el director del informe.
Como dijo ayer el círculo de Rato, que ahora es presidente de Caja Madrid, era obvio que el FMI falló a la hora de advertir al mundo de la crisis. Esta es la primera vez en que una auditoría independiente reparte la culpa hacia arriba. «Tuvo mucho que ver con la línea de responsabilidad», dijo Schwart. «Tenemos que cambiar la forma en que la dirección y el Consejo de Administración responden a estos retos». Su sugerencia es que se permita la intervención de expertos externos que puedan mostrar visiones contrarias. Promover la cultura de «decir la verdad al poder» e, incluso, de «desafiar la visión de las autoridades».
El círculo de Rodrigo Rato asegura que «había total libertad de opinión», dijo una fuente a Efe. «Las personas que tenían responsabilidad dijeron lo que querían decir. Si ellos no lo dijeron, es porque no quisieron».