Lidia Vargas es una de las jóvenes que ya ha comenzado su lucha para conseguir que el banco le anule la deuda. :: MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

¿Mi casa? Que se la quede el banco

Unas cincuenta personas acuden a la Unión de Consumidores alentadas por sentencia de Navarra que da la razón al hipotecado Gaditanos que no pueden pagar la hipoteca esperan poder saldar la deuda entregando sus viviendas

C ÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra a favor de la entrega de la vivienda para saldar la deuda hipotecaria no ha sentado jurisprudencia pero a numerosos gaditanos les ha abierto una ventana de esperanza. Desde que saliera a la luz pública este peculiar caso, más de cincuenta gaditanos con débitos hipotecarios a se han puesto en contacto con la Unión de Consumidores para intentar conseguir el mismo logro.

Lidia Vargas es una joven de 31 años que visitó ayer el departamento jurídico de la asociación con un propósito claro: «Ojalá que me pase igual que lo de Navarra. La noticia de esa sentencia me ha devuelto la ilusión y la esperanza. Por eso estoy aquí». Lidia compró una vivienda en la Avenida Ana de Viya en Cádiz en el año 2007 por 180.000 euros. Tras quedarse su marido en paro no han podido hacer frente al pago de la hipoteca y el pasado año el banco les anunció que les retiraría el piso para ponerlo de nuevo a la venta.

«Hemos intentado negociar para reducir las cuotas, pero no hay manera y ahora mismo el banco nos ha embargado la nómina de mi marido, así como la de mi suegro y su piso». Su opinión es que no debe pagarle más a la entidad bancaria una vez entregada la vivienda. Asimismo, comenta que «a efectos fiscales la casa figura como que la he vendido, por lo que Hacienda me reclama ahora 4.000 euros». Admite no poder pagar los 36.000 euros que se le adeuda ya que, además, tienen que pagar el alquiler de la casa donde actualmente vive.

Otra joven, E.R.C, tiene 32 años y está a la espera de recibir la carta de embargo. Ayer también se presentó junto a sus padres en las oficinas de la asociación de consumidores en un intento desesperado de buscar solución a su problema. «Voy pagando las cuotas como voy pudiendo, poco a poco y según el dinero que tenga, pero al no entregar la cantidad exacta que se me pide, me lo devuelven». Explica que lleva más de dos años sin tener noticias de la financiera: «Yo lo que quiero es entregar mi casa y zanjar la deuda, porque esto es un sinvivir. Vengo aquí con la esperanza de conseguir la misma sentencia que se dictó en Navarra».

Es madre de un niño de cinco años y con su único sueldo, asevera, no les llega para pagar las letras de la hipoteca. El único consejo que se llevó ayer fue que debe esperar a recibir la carta de embargo. «Una vez que me llegue, podremos ir a juicio y a ver si conseguimos algo porque ahora la financiera se lava las manos». Sus padres comentan que una «sentencia así sería la única solución para nuestra hija, o eso o que nos toque la lotería». El presidente de la Unión de Consumidores de Cádiz, Miguel Ángel Ruiz, argumenta que la intención es atender a todos estos casos para que se amplíen y se repita el dictamen judicial en varios puntos de España. Sin embargo, añade: «hay que recordar y tener en cuenta que el caso de Navarra es una jurisprudencia menor, es decir, no ha sentado jurisprudencia».

Ayer fueron cuatro familias de la provincia de Cádiz las que decidieron solicitar la asesoría de esta asociación, pero el presidente de los consumidores comenta que a lo largo de estos días irá atendiendo a unas cincuenta restantes y «a las que se pueden ir sumando».