REFLEXIONES

LA LACRA DEL DEPORTE

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Algunos dicen que son un mal necesario en el fútbol, que sin ellos el espectáculo no sería el mismo, que son los únicos que apoyan incondicionalmente a los jugadores, que solo ellos sienten verdaderamente los colores.bla, bla bla. Esta semana hemos vuelto a ver imágenes dantescas de un grupito de esos 'fieles' aficionados, en este caso del Corinthians brasileño, lanzando piedras contra los coches de los jugadores y las oficinas del club por el mero hecho de que el equipo había quedado eliminado de la Copa Libertadores. Libertad, esa es la palabra clave. Debe resultar impensable que una persona no pueda caminar con tranquilidad por un parking porque un día no se le dio bien su jornada de trabajo -con ese pretexto a muchos les habrían lapidado hace tiempo-. Pero cuando las bases de esa libertad tienen menos solidez que el sistema laboral español, mal asunto.

Porque esos mismos que el otro día hicieron sentir a Ronaldo que estaba viviendo un ataque «terrorista» son los mismos a los que se les suministra con total impunidad las 'armas' para que esto suceda, tanto físicas como psicológicas. Personas sin ningún otro objetivo (y formación) en la vida que el de sentirse dueño y guardián de unas entidades deportivas -me da igual la disciplina de la que hablemos- que con el paso del tiempo se han convertido más en un club financiero en el que interesa mucho más el márketing y el mercadeo de esos jugadores que reciben las pedradas que el juego en sí.

Los mismos que a cara descubierta se dan codazos entre ellos para poder tocar las manos de sus ídolos, conseguir un autógrafo tras los entrenamientos o lograr una de sus camisetas sudadas tras los partidos son los que después con un buen pasamontañas que cubra sus vergüenzas actúan de una forma infantil y temeraria para demostrar una vez más que no son más que un monstruo que el propio fútbol y sus acomodados dirigentes han creado a base de una nefasta educación con el pretexto de que a ellos nunca les toque recibir sus iras. Lo difícil para ellos es explicárselo al monstruo.