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Washington aceptaría un Gobierno con los radicales musulmanes

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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La Conferencia de Seguridad de Munich, un foro que reúne cada año a los líderes más importantes del mundo, expresó ayer su deseo de que los cambios en Egipto se lleven a cabo mediante una transición ordenada, pero no a toda prisa para evitar el empeoramiento de la crisis y la desestabilización de Oriente Próximo.

En ese objetivo coincidieron todos los participantes que ocuparon la tribuna de oradores, incluidos la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton; la canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Y para alcanzarlo, EE UU está dispuesto incluso a aceptar la participación en un futuro ejecutivo de unidad de los Hermanos Musulmanes, pese a su radicalismo islámico.

Clinton señaló que el Gobierno Obama no objetará que este grupo participe en las negociaciones para poner fin a la crisis. «La Hermandad está involucrada en el diálogo. Vamos a esperar y ver cómo se desarrolla», manifestó la jefa de la diplomacia estadounidense al sugerir que la Administración demócrata estaría dispuesta a trabajar con un gobierno que incluya la Hermandad, una organización ilegal, aunque tolerada, desde 1954.

La transición ordenada incluiría, además de a la Hermandad Musulmana, a los miembros del antiguo régimen, aunque ya es un clamor universal que Hosni Mubarak debe dejar el poder. Alemania podría estar a favor de acoger al 'rais' y ofrecerle un asilo dorado, según dejaron entrever dos diputados democristianos.

Proceso de paz

La caída de presidente egipcio preocupa por varias razones a los líderes occidentales. La más importante de todas es que la desaparición de Mubarak, un aliado estratégico de EE UU e Israel, torpedee el plan de paz para Oriente Próximo. «El presidente fue uno de los actores principales en el proceso y en facilitar la reconciliación entre israelíes y palestinos», apuntó Ban Ki-moon. «Es algo que debería dejarse en manos del pueblo egipcio», añadió al referirse al debate que existe sobre si el 'faraón' debe abandonar el país o supervisar la transición.

Este aspecto también fue resaltado por Guido Westerwelle, titular alemán de Exteriores, quien recordó que Occidente no tiene poder ni derechos para decidir sobre los futuros dirigentes del país del Nilo.