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El Poblado de Doña Blanca sigue a merced de las crecidas del río

Un año después de que el agua casi entrara en las viviendas, el Ayuntamiento denuncia que no se ha realizado ninguna actuación

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Doña Blanca mantiene su condición de zona vulnerable ante las trombas de agua y los posibles desbordamientos del Guadalete. Pese a la situación extrema que los habitantes del poblado vivieron el pasado invierno, cuando a punto estuvo el agua de entrar en sus viviendas, las administraciones competentes no han emprendido las obras preventivas que les pidió el Ayuntamiento.

Fuentes municipales informaron de que la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias no ha limpiado aún el cajón de desagüe bajo la vía, que está atascado. La Comunidad de Regantes no ha limpiado sus arroyos ni ha levantado el caballón del Carrillo, cuya limpieza compete a la Agencia Andaluza del Agua, que no ha actuado. Los regantes tampoco han culminado la reparación del puente que se atascó y que impedía el desagüe al río. «Mientras, el Ministerio de Fomento lanza balones fuera y dice que el cajón y las compuertas del polígono de Las Salinas son competencia del Ayuntamiento, cuando está en su terreno y deben hacerlo ellos».

El concejal de Policía Local, Carlos Montero, criticó la dejadez de las administraciones y lamentó que «se pasen la pelota» de unos a otros. El edil popular impulsó estas reivindicaciones a raíz del informe elaborado por los miembros de Protección Civil a petición suya. Las inundaciones de febrero del año pasado, que no provocaron daños graves, motivaron la elaboración de este estudio, que fue respaldado por el pleno. Pero un año después, no ha habido ningún avance.

Las aguas que inundan el Poblado de Doña Blanca proceden del rebose del arroyo del Carrillo y de las escorrentías provocadas por las lluvias que caen sobre su superficie de afectación, que abarca aproximadamente 1.046 hectáreas limitadas al norte por la carretera de El Portal, al sur por el muro que la separa del río, al este por la autovía A-4 y al oeste por el arroyo del Carrillo.

Para evitar las inundaciones que pudiera provocar la pleamar del Guadalete, se construyó un muro paralelo desde el caño del Molino hasta el arroyo del Carrillo. Fuentes de Protección Civil aseguraron que desde el año 1978, cuando se levantó dicho muro, no les consta que el agua haya superado su altura. Pero apuntaron la conveniencia de dragar el cauce del río para mejorar el drenaje, ya que el aporte de sedimentos está reduciendo la sección del cauce natural. También sugirieron como medida preventiva que el muro fuera elevado un medio y medio. Así se evitarían posibles desbordamientos, como estuvo a punto de suceder en 1996 y, sin ir más lejos, el pasado invierno.

A la espera del polígono

Pero no es este el único problema que afecta a los 642 habitantes censados en el Poblado. Éstos se dedican mayormente a la agricultura, una actividad que se encuentra de capa caída por la escasa productividad de las tierras, debido a sus altos niveles de salinidad. Una situación que les ha empujado a pedir al Ayuntamiento que retome el proyecto para recalificar los terrenos y construir un nuevo polígono industrial. La petición, aprobada por el pleno, ya ha sido remitida a la Junta, que tendrá que estimar la conveniencia de incluir o no este proyecto en el Plan de Ordenación del Territorio de la Bahía, que se encuentra en fase de revisión.

El equipo de Gobierno defiende que esta iniciativa no perjudicaría el gran parque arqueológico previsto en este entorno, donde se supone que están los restos de la antigua Gades fenicia, ni tampoco al futuro polígono de Las Aletas, al que serviría como zona industrial para acciones complementarias.