La explosión de un gaseoducto egipcio hizo temer un sabotaje de los rebeldes
EL CAIRO. Actualizado: GuardarLa explosión y el incendio registrados ayer por la mañana en un conducto de gas natural en el norte de la península del Sinaí fue causada por una fuga de combustible, y no por un sabotaje o atentado, tal como se temía y se llegó a asegurar en un principio.
El presidente de la principal compañía gasística egipcia, Magdi Tufik, desmintió en declaraciones recogidas por Sky News la información difundida anteriormente por el gobernador de región del Sinaí, Abdel Wahab Mabruk, quien había afirmado que la explosión fue provocada por un «acto de sabotaje».
El incidente motivó la suspensión del servicio del gasoducto en su rama Egipto-Jordania, según hizo saber desde El Cairo el director de la compañía nacional eléctrica jordana, Ghaleb el-Maabara, mientras duren las reparaciones del servicio. También se está viendo afectado el suministro a Israel.
El fuego provocado por la explosión pudo verse a más de 60 kilómetros de distancia, desde la franja de Gaza. Unidades de bomberos trabajaron durante todo el día para intentar sofocar las llamas.
Desde que comenzaron las protestas políticas contra el régimen de Mubarak, la península del Sinaí ha sido uno de los puntos de inestabilidad, con duros enfrentamientos entre los beduinos y la Policía. Ayer, un grupo de beduinos lanzó granadas contra un cuartel de la seguridad del Estado en la ciudad de Al Arish, mientras que el 29 de enero pasado, doce personas murieron en intercambios de disparos con las fuerzas de seguridad.
Las autoridades egipcias acusan con frecuencia a los beduinos del Sinaí de dedicarse al contrabando y cometer actos de sabotaje, pero los líderes tribales se quejan de que la marginación en la que viven sus comunidades les obliga a dedicarse a actividades ilegales. Se calcula que en la península del Sinaí hay unos 300.000 beduinos, distribuidos en unas quince tribus, que se consideran descendientes de grupos árabes originarios de la península Arábiga.