Los padres de la niña reconocen que están «muy mal, muy afectados»
ARRIATE. Actualizado: Guardar«Estamos muy mal, muy afectados». Son las primeras palabras de Juan Isidoro Jiménez, el padre de María Esther, la niña de 13 años cuyo cadáver fue encontrado en la caseta de una depuradora de una piscina en una finca privada próxima al pueblo. «De momento no queremos hacer declaraciones», insistió. Los progenitores comunicaron a los medios que se pronunciarán esta tarde. Además, insistieron en que no se encuentran en su domicilio de Arriate. Juan aclaró que su mujer se encuentra bien ya que trascendió que ésta habría precisado atención médica ante la detención del joven del pueblo. No obstante, la familia nombró en la jornada de ayer una portavoz en previsión de los acontecimientos que finalmente se produjeron. «Ellos están muy muy mal», subrayó Ana María Albarracín, amiga y vecina de la Juan y Carmen que vive en el mismo edificio y que durante buena parte del día de ayer contestó las llamadas que recibía el teléfono del padre de María Esther. Ana María aseguró que los progenitores se encontraban de viaje y comunicó, a los periodistas que hoy éstos los atenderían. No obstante, en calidad de vecina, Ana María sí expresó: «Ya por fin se empieza a hacer justicia, si se confirma que este joven es el autor, tiene que pagar por ello».
Cabe recordar que los padres de María Esther, que cuentan con un abogada para la defensa de sus derechos, han tenido a su disposición la ayuda del Consistorio y han recibido atención médica y psicológica durante los 14 días transcurridos entre el hallazgo del cuerpo sin vida de su hija.