Malestar en Diputación por los nuevos recortes sociales
Los funcionarios no aceptan el ajuste que plantea el Gobierno sobre las ayudas para la compra de medicinas y que habían aprobado los sindicatos
CÁDIZ. Actualizado: GuardarVuelven las broncas a los pasillos de la Diputación . Los funcionarios andan con la mosca detrás de la oreja ante un nuevo intento por parte del Gobierno de la institución de ajustar el denominado fondo social y las prestaciones medico-farmacéuticas. El diputado responsable de Recursos Humanos, Cristóbal Rivera, ya intentó en diciembre de 2009 recortar la ayuda que perciben los funcionarios para la compra de medicamentos y retirarla a los pensionistas de la Diputación, que ya están cubiertos por la Seguridad Social.
Se trata de una prestación que recibe la plantilla más antigua. Es decir, los que entraron antes de 1993 y que no estaban adscritos a la Seguridad Social. Este colectivo estaba protegido a través de una mutua (Munpal). Con el paso del tiempo fue la Seguridad Social la que también se hizo cargo de ellos, pero con condiciones y algunas limitaciones. El Sistema Público de Salud no les cubría algunos de los servicios médicos. De esta forma, la Diputación estableció las prestaciones especiales con cargo a su presupuesto. Así, una parte de la plantilla percibe dinero para la adquisición de medicamentos o para tratamientos de oftalmología y estomatología, entre otros. El presupuesto de Diputación para este concepto es de unos 600.000 euros. La intención de Diputación es extinguirlo poco a poco. El presupuesto se encuentra congelado y el alboroto ha surgido justo cuando se ha optado por su revisión, algo que las centrales sindicales se comprometieron a abordar, pero que ha contado con el rechazo total de la plantilla. Los funcionarios no quieren oír nada sobre nuevos recortes en prestaciones y aluden al 5% que ya han tenido que sacrificar de sus sueldos por las medidas económicas del Gobierno central. Fuentes sindicales comentaron ayer a este periódico que «en ningún momento se había aceptado la propuesta del Gobierno y lo que se ha pretendido es matar al mensajero».
El malestar de la plantilla fue patente en una asamblea, donde se puso de manifiesto que los diputados también gozan de estas ayudas y, sin embargo, no están dispuestos a aplicar ningún recorte.