SE VAN PARA ALEMANIA
Actualizado: GuardarCorrían los finales de los cincuenta y comienzo de los sesenta del siglo pasado cuando muchas familias andaluzas hacían sus maletas, en aquellas épocas de cartón y atadas con una cuerda, y emprendían su gran aventura emigrando a Alemania, Holanda o Suiza para buscarse la vida. En esa época el trabajo en nuestro país carecía de lo más esencial y, ante la desesperada situación económica, muchos se liaron la manta a la cabeza y, además de protagonizar un éxodo hacia Cataluña o a los altos hornos de Bilbao, muchos se decidieron a cruzar las fronteras y marcharse a la aventura centroeuropea. Algunos, pocos, volvieron al cabo de los años pero, los más, establecieron vínculos familiares allí o, poco a poco, se fueron llevando a sus familias y quedaron afincados para siempre.
Ahora, en pleno siglo veintiuno, parece que va a producirse un nuevo éxodo hacia esos países mucho más pudientes que el nuestro. La señora Merkel ha ofrecido entre 500.000 y 800.000 puestos de trabajo a profesionales en paro, pero no a profesionales cualquiera pues si en los años cincuenta los que se marchaban eran fundamentalmente obreros del campo o de la construcción, ahora estos puestos son ofrecidos a personas mucho más cualificadas: médicos, ingenieros, docentes y personal de hostelería y turismo. Que en los años que corren se abra la veda y muchos de nuestros flamantes universitarios puedan atender esta oferta y se marchen a Alemania nos debería dar pena y vergüenza. Pena porque después de pasar años adquiriendo una formación académica, se van a ver obligados a desarrollarla lejos de su entorno, y vergüenza porque a pesar de que nuestros políticos presuman tanto, al final no han sido capaces de crear un ambiente laboral que absorba a sus universitarios con lo necesarios que nos son. No sé lo que pasará pero ya están en marcha las solicitudes y, según veo, de nuestra provincia son mayoritarias. ¿No da mucho que pensar?