Quique Caballero, junto a Ricardo García, la temporada pasada. :: LA VOZ
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Otro capítulo en la crisis del Industrial

El preparador gaditano se siente «traicionado» por un club que se ha visto abandonado por sus jugadores y por la gestión de Glenn Hoddle La junta gestora, encabezada por Juan Manuel Delgado, despide al entrenador Quique Caballero

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Las rocambolescas historias que se están sucediendo en las últimas fechas en el Jerez Industrial volvieron a escribir un nuevo capítulo el lunes por la noche. Por sorpresa de todos, salvo de los pocos miembros de la junta gestora, incluido el propio presidente, Juan Manuel Delgado, el club del catavino anunciaba el cese como entrenador de Quique Caballero.

Una circunstancia que no ha hecho otra cosa más que enrarecer la situación de un club que parece a la deriva y que lejos de normalizarlo dará que hablar esta semana. Y es que no se entiende que un equipo que marchaba líder en el mes de diciembre, con buen juego y causando la admiración de muchos equipos de superior categoría, se encuentre ahora en una situación esperpéntica. A la última noticia del cese del entrenador, hay que añadir la extraña marcha de gran parte de los futbolistas titulares, ya que se ha conocido que solo cuatro, incluido el fichaje de Juanse por el Cádiz, han recalado en otras formaciones.

Y lo que es aún peor, un proyecto con los ingleses de la academia Glenn Hoddle que se desmorona si en esta misma semana no ponen solución. Parece que los recambios de los jugadores que se marcharon ya están en Montecastillo y que el pase internacional para que puedan jugar el domingo ante el Córdoba ya está listo, pero de momento la entidad del catavino no ha realizado ninguna presentación oficial ni desvelado sus nombres.

Ahora, en el enésimo capítulo de la crisis del equipo, el club busca un entrenador. Mientras tanto, el principal afectado por esta medida, Quique Caballero, reconocía ayer a LA VOZ que para él había sido «toda una sorpresa» su destitución, aunque entendía que los resultados de los últimos partidos no habían acompañado: «Son cosas que pasan en el fútbol y hay que aceptarlo. Las cosas no eran todo lo apetecible que le hubiese gustado a la directiva y han decidido prescindir de mí. No me han dado ninguna explicación».

Una decisión que, según el propio Caballero, en nada han tenido que ver los ingleses: «He hablado tanto con Glenn Hoddle como con los técnicos y ellos me dicen que querían que siguiera y me apoyan. No sé de donde ha salido esto y son circunstancias del fútbol que tengo que aceptarlas. El que manda ha decidido cortarle la cabeza al entrenador, no hay otra cosa».

«He sido coherente porque podría haber denunciado al Jerez Industrial antes de que se cursaran las fichas y no lo hice. Tengo deudas del año pasado y no denuncié porque creía en el proyecto y quería seguir. Sin embargo, el Jerez Industrial me ha traicionado echándome el día 31 de enero a las diez de la noche, sabiendo que ya no tenía margen de maniobra para denunciar, que a pesar de todo no lo hubiera hecho. El club ha actuado a mis espaldas y con nocturnidad y alevosía. Han esperado hasta última hora pensando que yo iba a hacer otra cosa», agregó un dolido Quique Caballero, asegurando que se marcha «con la cabeza bien alta, contento y habiendo aprendido muchas cosas».

En el lado opuesto, la versión del presidente del Industrial Juan Manuel Delgado. No quiso ayer dar muchas explicaciones, pero sí aseguró que Quique Caballero ya «no daba el perfil de entrenador» que la junta gestora quería para el club. Añadió que en el fútbol «manda la lógica» de los resultados y que se encuentran en la búsqueda de un sustituto que tendrá seguro nivel tres.