EL AÑO DEL CONEJO
Actualizado: GuardarMañana inician los chinos un nuevo año, el año del conejo, algo que no tendría la menor relevancia si no estuviéramos inmersos en un proceso de «chinatización» alarmante como el que vivimos. Los chinos, ya lo saben, son esos señores que nos compran la deuda y nos venden productos que consideramos de primera necesidad de una calidad tan ínfima que hacen debut y despedida casi a la vez. Los chinos estrenan mañana su año 4709, lo que significa que nos llevan casi tres mil años de ventaja en esto de vagar por el mundo, así que andan de vuelta en prácticamente todo. Nada les puede sorprender, ni siquiera que occidente se haya rendido -y de qué forma- a sus encantos. La Universidad de Valencia se ha sumado a la celebración con un festival de bailes tradicionales y farolillos chinos organizado por el Instituto Confucio, y la nuestra, la Universidad de Cádiz, ha firmado un convenio para intercambiar alumnos con el país del sol naciente. No hay duda. Se hace realidad aquella canción infantil «de la China ha llegado un barco.». Comienza la auténtica marea amarilla. Para los chinos empieza mañana el año del conejo, que simboliza la longevidad, la agudeza comercial, la astucia, la diplomacia, el ascenso rápido en los negocios y la discreción. Nada que ver con nuestra liebre -lo más parecido que tenemos por aquí-, que perdía el tiempo en pamplinas y al final llegaba a la meta después de la tortuga. Los conejos chinos se multiplican por occidente y casi no nos damos cuenta. Los conejos españoles están muy buenos con arroz. Esta es la principal diferencia. Ya lo dije. Nos llevan ventaja. Y así no hay quien corra, básicamente porque antes de que empiece ya sabemos quién ha ganado la carrera. Feliz año nuevo, por si acaso.