El euribor trepa al 1,55% y complica la vida a las familias y a las empresas

El euribor, el indicador más utilizado en España para fijar el coste de las hipotecas, encadena ya cinco meses de subidas y cierra enero en el 1,55%, lo que encarecerá los créditos que se renueven con esa referencia. Familias y empresas se enfrentan a un futuro complicado, toda vez que la inflación, el gran desvelo del Banco Central Europeo (BCE), no deja de crecer y algunas de las primeras economías continentales parecen salir con cierta velocidad de la crisis. De mantenerse ese escenario, es más que probable que el organismo regulador rompa la baraja y eleve el precio del dinero, que permanece estable en el 1% desde mayo de 2009.

A la espera de conocer los designios de Jean Claude Trichet, los hipotecados españoles deberán apretarse el cinturón una vez más. Si se toma como referencia un crédito tipo de 150.000 euros a 25 años y un coste financiero del euribor más 0,75%, la revisión anual supondrá pagar 23,45 euros más al mes o, lo que es lo mismo, 281,4 euros de sobrecoste a lo largo de todo un ejercicio. La culpa del salto la tiene el 0,318% que se ha encarecido el indicador en el último año. Para que la cuenta salga más fácil, la referencia puede ser 18,76 euros más al año por cada 10.000 euros de hipoteca.

Tampoco lo tienen bien quienes firmaron con su banco o caja una revisión semestral. En este caso, la referencia es el euribor del pasado julio (1,373%), una vez más por debajo del de enero. Para el préstamo tipo, la diferencia es de 157,35 euros al año y de 13,11 euros al mes. Y para el ejemplo de los 10.000 euros de contrato, el 'susto' se queda en 10,49 euros más al año. Según la Asociación Hipotecaria Española (AHE), cada mes toca analizar casi el mismo número de créditos con revisión anual y semestral.

El problema es que en este entorno de precios crecientes e hipotecas al alza, familias y empresas afrontar el despertar del euribor muy hipotecadas ('apalancadas', como dicen los expertos) y, en muchas ocasiones, atenazadas por bajadas de salarios y beneficios, respectivamente. En principio, no es probable que el BCE mueva ficha antes de verano, aunque Trichet ya avisó hace bien poco de que vigilará de cerca la inflación en la zona euro, hoy en el 2,4% interanual.

A día de hoy, el saldo vivo del crédito hipotecario en España asciende a algo más de un billón de euros, del que 600.000 millones los deben las familias y más de la mitad está concedido por las cajas de ahorros, las más afectadas por el problema de la morosidad. El mercado inmobiliario, ya de capa caída con retrocesos del orden del 25% interanual en el número de operaciones nuevas y del 46% en el importe dispuesto en los contratos, puede verse muy perjudicado. El Gobierno aprieta sin ahogar al sistema financiero, al que ha exigido que abra de una vez el grifo del crédito a cambio de una ayuda casi desinteresada (el FROB cobra religiosamente sus intereses) para su reordenación. A pesar de ese llamamiento, y de que bancos y cajas insisten en que su negocio es prestar dinero, parece complicado que los préstamos resurjan.