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El Industrial, hundido y sin rumbo
Encadenó la cuarta derrota consecutiva ante un mal y nervioso Cádiz B
JEREZ. Actualizado: GuardarSigue la caída en picado del Jerez Industrial. El partido de ayer ante el Cádiz B volvió a ser otro despropósito, un nuevo insulto al fútbol y, lo que es peor, a la afición de una entidad muy castigada en las últimas semanas. Para empezar, el entrenador industrialista Quique Caballero tuvo que inventar un once atípico. No es normal que no tenga ni siquiera futbolistas de campo para formar el equipo, ya que el portero suplente tuvo que ejercer de extremo zurdo para poder alinear los siete jugadores obligatorios como mínimo con ficha del primer equipo. Los demás, tanto en el banquillo como en el campo para completar el once, chavales del conjunto juvenil del Industrial.
Y aquí no termina todo lo malo, ya que el joven Handford demostró más coraje, calidad, ganas y empeño que muchos de sus compañeros. Hasta el punto de que a los 35 segundos de iniciarse el partido mandó un balón al travesaño. Ese disparo y otro al borde del minuto 30 de Fisher fueron los argumentos ofensivos de un Industrial desconocido, desdibujado y sin rumbo al que acudir.
Los futbolistas de Caballero hicieron buenos a los del filial del Cádiz, que no ganaban un partido desde hacía seis jornadas. Los visitantes no iban a necesitar muchas ocasiones para abrir la lata. En el minuto ocho daban el primer aviso con un balón peinado de Rubén Díaz que se marchó muy cerca del palo izquierdo de Beasant. Y en la jugada siguiente iba a llegar el primero de la tarde. Un gol que dejó en evidencia el trabajo defensivo del Industrial, ya que Diego colgó un balón al punto de penalti tras un saque en corto de córner para que Rubén Díaz controlase con facilidad y por bajo mandara el cuero al fondo de la red.
Con la mínima ventaja para los visitantes el partido entró en una dinámica aburrida, sin fútbol y con dos equipos que demostraron todas las carencias que tienen. Una más en el Jerez Industrial fue la que le costó el segundo gol y la sentencia del partido. Wynter fallaba en defensa y dejaba solo a Pérez, que con velocidad se plantaba delante de Beasant y al borde del área fusilaba para amarrar los tres puntos de su equipo. Un gol que dejaba helado a los futbolistas locales y a la afición, que mostró su enfado con el equipo justo cuando el colegiado indicó el fin de la primera mitad.
En la segunda escena las cosas no cambiaron demasiado, a pesar de dar el Industrial un paso hacia delante y tener una mayor presencia en el área cadista, pero la falta de claridad y frescura abortaban cualquier opción de recortar distancias en el marcador. Por su parte, los pupilos de Ángel Oliva se dedicaron a defender el resultado y desistieron de jugar el balón. El juego entró en una dinámica dura y esto propició la expulsión de Jordan de roja directa. Hasta el final, poco más, y una nueva derrota del Industrial con siete jugadores del primer equipo y el resto del juvenil.