Salvados por el orgullo

La selección española de hockey hierba necesitaba un resultado como el conseguido ayer ante Holanda (3-3). Era, desde luego, un partido que no iba a ninguna parte. Pero plantar cara a uno de los pesos pesados de este deporte, a un rival que puede ser enemigo también en el próximo Campeonato de Europa, es el acicate que se echaba en falta para que la máquina siguiera rodando y, sobre todo, para volver a creer en un grupo que lleva dos años sin conseguir títulos y que empieza a reconstruirse.

Una nota muy positiva es la frescura que demostró el capitán, Santi Freixa, que marcó dos goles y completó un gran partido. En esta ocasión le tocó a Pol Amat verlo desde la grada, en la que ayer no cabía un alfiler.

Y es que la afición no quiso perderse el gran espectáculo que ofrecieron ambos equipos, en el día de la despedida de la selección de su concentración en San fernando.

Los de Daniel Martín respondieron dejando un gran sabor de boca, aunque con la incertidumbre de que se siguen cometiendo errores importantes que habrá tener completamente subsanados para el mes de agosto si se quiere hacer un buen papel en tierras alemanas.

Lo que pasó ayer sobre el sintético del Pablo Negre nada más sonar el pitido inicial no puede seguir repitiéndose. No se habían contabilizado ni los 20 segundos de juego cuando Holanda conseguía ponerse por delante. Una sensacional jugada de equipo la culminó Hofman batiendo a Quico Cortés, y sembrando de dudas a un equipo español que no se creía lo que le estaba pasando. Y no fue la primera vez, porque en el amistoso del jueves ante el mismo combinado también tuvo que ir a remolque en el marcador por culpa de otro tanto tempranero.

Pero España no iba a ser la misma de aquel día, que jugaba a ratos, y que pasaba minutos completamente fuera del partido. De hecho, no tardo ni cinco minutos en poner las cosas en su sitio y establecer la igualada en el marcador.

Llego de penalti córner, otra de las asignaturas pendientes de la 'Roja', y fue Pau Quemada el que logró transformarlo.

Eso sí, Holanda no se cruzó de brazos y respondió al golpe recibido con otro mazazo, apenas tres minutos después de que llegara el empate. El 1-2 llegó también de penalti córner, y fue Van der Weerden el que consiguió transformarlo.

Los de Martín se frotaban los ojos. No se creían lo que les estaba pasando. Pero aún así se fueron con todo en busca de la igualada y tuvieron varias ocasiones para conseguirla, gracias a la casta de veteranos como Quemada o Tubau.

No obstante, el ritmo frenético de los primeros minutos fue decayendo por parte de los dos equipos, y habría que esperar hasta el comienza de la segunda parte para que se colocaran de nuevo las tablas.

'Santo' Freixa

Fue entonces cuando emergió la figura del capitán, que revolucionó el partido nada más volver de vestuarios. Apenas se había llegado al minuto dos de juego cuando Freixa, tras una gran jugada, conseguía el segundo para los españoles y volvía a levantar de sus asientos al respetable, que vibraba con los suyos.

El guión estaba transcurriendo por los mismos derroteros por los que habían ido los primeros 35 minutos. Sobre el tapete se encontraban dos selecciones que disfrutaban y hacían disfrutar, y que imprimían un ritmo vertiginoso al juego. A raíz del 2-2 se sucedieron un intercambio de golpes durante prácticamente 20 minutos, pero fueron los holandeses los que encontraron el acierto.

Fue de nuevo Van der Weerden el autor del tanto que colocaba a la 'orange' por delante. Corría el minuto 57 y entraban otra vez las sospechas de que se llegaría al final con una nueva derrota.

Máxime cuando, por culpa de la expulsión de Gabriel Dabanch, los de Martín se veían en inferioridad numérica. Pero entonces apareció la furia española, y a falta de dos minutos para el final, cómo no Santi Freixa consiguió un tanto valiosísimo que daba premio al coraje y la lucha que había demostrado el equipo durante todo el amistoso.