La vista tuvo lugar en el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Jerez. :: L. V.
Jerez

«Ha sido una aventura; se te quitan las ganas de comprar una casa»

Los afectados por el retraso en la entrega de los pisos París y Roma asistieron ayer a la celebración del juicio

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Las caras de los que esperaban a la entrada del juzgado lo decían todo: semblantes de expectación, escepticismo, en algunos casos esperanza y, sobre todo, una común expresión de hartazgo. Así se mostraban ayer los afectados por el retraso en la entrega de los pisos París y Roma que se constituyeron en asociación y que acudieron al juicio que los enfrenta con la sociedad Inmojasan, la constructora Projasan y la entidad bancaria participante en el proyecto.

Uno de los portavoces del colectivo, José Carlos Albuin, explicó que lo único que esperan los perjudicados es que esa tardanza se pueda compensar económicamente, puesto que los daños morales como tales son difíciles de resarcir. Albuin recordó que las viviendas del edificio París se entregaron en 2008 con dos años de retraso mientras que las de Roma, a día de hoy, aún están pendientes por la terminación de los garajes y zonas comunes.

«En este tiempo ha habido de todo: separaciones, fallecimientos... Ahora encima algunos no disponen de dinero para pagar la subida del IVA, e incluso ha habido quien se ha comprado otra vivienda y ahora no le dejan venderla». Este es el caso de Liliana, que contó como su vida a dado un giro de 180 grados en estos casi cinco años. «Yo tenía mi piso en propiedad y un trabajo en condiciones; ahora cobro 400 euros y me he gastado mis ahorros en alquiler y abogados, y encima me obligan a escriturar».

Ricardo, uno de los 'afortunados' que recibió las llaves a los dos años, relató la cantidad de dinero invertida en alquiler y, sobre todo, la desilusión que ha conllevado todo el proceso. «Esto ha sido una aventura. Cuando nos entregaron el piso, resulta que había fallos por todas partes y nos hemos gastado un dineral en derramas. Así, se te quitan las ganas de comprar una casa».

Daños morales

A Sergio parece perseguirle la mala suerte, ya que antes de embarcarse en esta compra tuvo que abandonar la de una casa anterior, después de dos años y medio de paralización de obras. «A mí me pidieron cuatro millones más en dinero negro -apuntó Antonio-, porque decían que ya solo había quedado una vivienda libre y ahora quisiera saber qué pasa con ese dinero».

En lo que respecta al juicio, que ha quedado visto para sentencia, el abogado de la asociación, Francisco Mouriño, reiteró su petición de una indemnización de más de 2.300.000 euros no solo por los retrasos, sino también en concepto de daños morales. La vista se caracterizó por la práctica ausencia de testigos, ya que solo se presentaron uno por cada parte que apenas arrojaron un poco de luz sobre el asunto.

Las defensas de las partes demandadas centraron su alegato en mostrar a sus representados como otras víctimas más del proceso, haciendo hincapié en la falta de solvencia de la sociedad y en el alto montante económico que se debe a la entidad financiera, que se erigió como «la mayor perjudicada» en el caso. Además, insistieron en la falta de rigor científico a la hora de acreditar un posible daño moral y en lo «insostenible» del argumento de la acusación basado en el levantamiento del velo.

Como se recordará, Mouriño declaró en su momento que no solo demandaría a la promotora, sino también a lo que se conoce como el levantamiento del velo, es decir, a los dos socios de ésta. «El gran éxito de la demanda está en pringar a las entidades financieras», sentenció el letrado.