Matanzas, en el centro, gesticula en la Audiencia Nacional durante el juicio celebrado en diciembre de 2007 a miembros de EKIN, KAS y XAKI, colectivos cercanos a ETA. :: REUTERS
ESPAÑA

Interior castiga al guardián de ETA en las cárceles por su retorno a la línea dura

Ordena el inmediato 'destierro' del abogado Txema Matanzas a El Puerto tras constatar que su acercamiento a la disidencia era falso

MADRID. Actualizado: Guardar
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No todo iban a ser buenas noticias para el Ministerio del Interior en la campaña emprendida hace dos años para estimular la disidencia entre los casi 600 presos de ETA. Una de las piezas claves de esta estrategia para socavar las directrices de la banda entre sus reclusos, el abogado Txema Matanzas Gorostizaga, se ha convertido en el mayor fiasco de la política penitenciaria impulsada por Alfredo Pérez Rubalcaba, que, no obstante, ya ha conseguido que algo más de 110 presos rompan amarras con la organización terrorista. La respuesta de Instituciones Penitenciaria fue fulminante y ordenó la pasada semana el traslado a El Puerto de Santa María, una de las prisiones más alejadas del País Vasco.

El letrado estaba considerado desde hace años uno de los principales guardianes de la ortodoxia de ETA en las cárceles y pieza importante en la correa de transmisión de las órdenes de la banda a sus presos, al menos hasta que en diciembre de 2007 fue encarcelado para cumplir la condena de 14 años de cárcel, luego reducida a diez por el Supremo, por ser dirigente en el entramado político de ETA del aparato KAS-EKIN. Matanzas, tras pasar por las cárceles madrileñas de Soto y Valdemoro, en enero de 2008 y ante su insistente apoyo a las líneas más duras de la banda, fue trasladado a Huelva.

El Ministerio del Interior daba el caso por perdido para cualquier intento de reinserción, pero se obró el milagro, que ahora se ha comprobado que era falso. Matanzas, a principios de verano de 2009, escribió una extensa carta en la que el 'duro' se mostraba más posibilista que nunca, hasta el punto de que llegaba a afirmar que había «llegado la hora de cerrar la persiana» de ETA.

Barajas

En ese escrito, interceptado por los servicios penitenciarios, el letrado lamentaba que la banda hubiera roto la tregua de 2006 con el ataque contra la T-4 y daba por sentado que tras ese atentado el «Estado no va a volver a negociar». No podía ser más claro: «No va a haber un nuevo proceso de negociación política ni acercamiento al mismo en ningún caso. No valen las declaraciones de tregua, el quiera llamar a la puerta y que se le abra, que retuerza los cañones de sus pistolas. Vamos, que no es que yo lo intuya, es que Rubalcaba y compañía lo repiten hasta la saciedad, y lo dicen porque lo tienen más claro que el agua».

La carta, y su difusión pública, fue un mazazo en ETA, tanto por su contenido como por su autor. Fue entonces cuando Interior decidió aprovechar el 'efecto Matanzas' y le repescó para el plan de la disidencia. Tras un acalorado debate, habida cuenta de su pasado en el sector más duro de la banda y que el abogado en modo alguno había pedido perdón o había mostrado su arrepentimiento, Pérez Rubalcaba dio el visto bueno en noviembre de 2009 a su traslado desde Huelva a la cárcel salmantina de Topas. Era un 'doble regalo' para Txema Matanzas, su gesto de ruptura con la ortodoxia le acercaba al País Vasco casi 600 kilómetros y pasaba a compartir cárcel con su novia, Maite Díaz de Heredia Ruiz de Arbulu, exdirigente de Batasuna.

Era una apuesta arriesgada. Topas no llega a ser una de las tres cárceles-laboratorio, como son Zuera, Villabona y Nanclares, donde Interior concentra a los presos díscolos, pero es un centro al que Instituciones Penitenciarias ha llevado a algunos terroristas que, en algún momento, han mostrado algún signo de hartazgo con ETA. Una suerte de «sala de pre-operatorio», como la definen los propios especialistas penitenciarios.

Cambio radical

El abogado de Gestoras Pro Amnistía comenzó a compartir reclusión con los otros 16 etarras, incluida su pareja, que están en la cárcel de Salamanca. Durante el primer semestre de 2010 su actitud fue neutra, según los informes penitenciarios. Pero todo cambió casi al mismo tiempo que la banda terrorista decretaba su tregua del 5 de septiembre pasado.

De forma incomprensible, explican los responsables penitenciarios, Matanzas volvió a la ortodoxia terrorista y a defender posiciones muy duras. Hasta el punto, señalan estas mismas fuentes, de volver a convertirse en correa de transmisión de las órdenes de ETA en una cárcel tan delicada como Topas y a participar sin disimulos en las últimas semanas en las movilizaciones ordenadas por la banda terrorista.

El último informe, en el que se daba cuenta de este cambio radical, fue demasiado para Interior, que la pasada semana ordenó su traslado inmediato al penal de Puerto III, casi tan alejado de Euskadi como antes de la supuesta conversión que ahora se pone en duda. Allí, Matanzas compartirá cárcel con otros 14 presos recalcitrantes de ETA. Entre ellos, Henri Parot o Xabier Alegría.