Cavaco Silva saluda al presidente de la mesa electoral en el momento de depositar su voto en un colegio de Lisboa. :: REUTERS
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Portugal reelige a Cavaco y castiga al Gobierno

El actual jefe del Estado obtiene una holgada victoria que le permite evitar una segunda vuelta, mientras el socialista Alegre paga el malestar por la crisis

LISBOA. Actualizado: Guardar
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Aníbal Cavaco Silva continuará como presidente de Portugal sin necesidad de tener que acudir a una segunda vuelta al obtener el 54,67% de los votos cuando se llevaba recontado el 70% del total de las circunscripciones. El político conservador derrota de esta forma a su principal rival, el socialista Manuel Alegre, que debe conformarse con un 19,23% de los respaldos. Una diferencia más amplia de la esperada para unos comicios que apenas despertaron el interés de los ciudadanos lusos más preocupados por la mala situación económica, de la que culpan en parte a la gestión del Gobierno, encabezado por el también socialista José Sócrates.

Cerca de 9,6 millones de electores estaban llamados a las urnas para escoger para elegir nuevo jefe del Estado, cargo al que aspiraban seis candidatos, aunque solo Cavaco y Alegre contaban con posibilidades de ganar, ya fuera en primera o segunda vuelta. La sombra de una alta abstención, como luego se confirmó-el 52,3%-, planeó sobre la jornada desde que se conocieron los primeros datos de afluencia a los colegios; por eso, cuando acudieron a las urnas, los candidatos y las autoridades exhortaron a la población a votar, aunque con escaso éxito.

En las presidenciales de 2006, en las que fue elegido Cavaco con mayoría absoluta en primera vuelta, la abstención final se situó en el 38,47%, aunque en la votación anterior, en 2001, cuando Jorge Sampaio fue reelegido con el 55,55% de los sufragios, fue mucho mayor, del 50,29%. Los centros de votación abrieron a las 8.00 hora local en el Portugal continental (una más en España) y el archipiélago de Madeira, y cerraron en estos territorios a las 19.00 horas, si bien la elección siguió abierta hasta su finalización, una hora después, en las occidentales islas Azores.

Las autoridades electorales reconocieron que se habían producido fallos en el sistema informático y en la utilización del carné digital utilizado para votar, dos problemas que perjudicaron la participación, según la Comisión Nacional de Elecciones (CNE). Varios medios de comunicación recogieron testimonios de votantes y responsables de mesas con dificultades para identificarlos y permitir el sufragio, aunque el Gobierno negó que estos fallos puedan ser motivo de abstención.

Día de «grandes decisiones»

Cavaco, de 71 años, al depositar su papeleta expresó el deseo de que «sea conocido ya hoy (por ayer) el futuro presidente de la república», en alusión a su esperanza de evitar una segunda vuelta. Mientras, el poeta y diputado Manuel Alegre manifestó su confianza de que la ola de frío no perjudicase un día de «grandes decisiones» para el pueblo. El tercer aspirante a la presidencia con mayor apoyo a priori, el médico Fernando Nobre, que tenía un 10% de intenciones de voto, también animó a acudir a las urnas, en tanto su rival comunista, Francisco Lopes, exhortó a actuar con conciencia ante la «situación tan difícil» que vive Portugal.

El primer ministro, Sócrates, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, alentaron asimismo a acudir a votar cuando depositaron su papeleta por la mañana en Lisboa. «Todas las elecciones son la celebración de la democracia», recalcó Sócrates, blanco de muchos ataques en esta campaña por la crisis que sufre el país. Durao Barroso, primer ministro entre 2002 y 2004 por el centroderechista Partido Social Demócrata (PSD), al que pertenece Cavaco, reconoció que Portugal vive un momento especial y las elecciones «tienen también un significado especial».

El actual líder del PSD, Pedro Passos Coelho, que ha amenazado con pedir elecciones legislativas si el país tiene que recurrir a un rescate financiero, recordó, como apoyo a Cavaco, que el jefe de Estado «no es una figura decorativa y tiene relevancia para el futuro».

Además de los problemas informáticos la jornada electoral sólo registró incidentes en algunas pequeñas aldea, donde la población boicoteó los comicios en diversos actos de protesta. Candados, tablones y hasta un buey y una vaca sirvieron para que seis parroquias impidieran el inicio de las votaciones para denunciar la falta de telefonía móvil, de acceso a Internet o de un tanatorio, entre otros motivos de indignación ciudadana.