Una manifestante tunecina observa un cartel en el que se ridiculiza al anterior presidente del país. :: AP
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Túnez sólo admite la ruptura total

El presidente interino promete «profundas reformas», al tiempo que la justicia investiga los bienes de huido Ben Ali y su familia política

TÚNEZ. Actualizado: Guardar
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Túnez no perdona al exdictador Ben Ali. Las autoridades respondieron al clamor popular y anunciaron la apertura de una investigación judicial por «adquisición ilegal de bienes» y por «depósitos financieros ilícitos en el extranjero» contra el depuesto presidente y su familia política, el conocido como 'clan Trabelsi', que acapara aún mayores críticas entre los ciudadanos que el propio Ben Ali. Este primer paso de la Justicia tunecina coincidió con el anuncio por parte de tres organizaciones francesas de la presentación de una denuncia similar ante la Fiscalía de París contra el dictador y la familia de su esposa por posesión de bienes «mal adquiridos» en territorio francés y por «desvío de fondos públicos a cuentas bancarias galas».

Arabia Saudí es el actual refugio de un dirigente cuyos familiares no gozan, sin embargo, de la protección de un exilio. Al menos 33 parientes de Ben Ali fueron arrestados bajo la acusación de haber cometido «crímenes contra Túnez». La apertura del proceso y estas detenciones llegaron en una jornada en la que miles de personas tomaron el centro de la capital para pedir la ilegalización del partido del tirano, la Agrupación Constitucional Democrática (RCD), que ostenta la mayor parte de carteras del Ejecutivo de transición.

Por primera vez desde el inicio de las revueltas los efectivos de las fuerzas de seguridad se limitaron a contener a la muchedumbre sin emplear la fuerza y la protesta se convirtió en una gran fiesta con bailes y canciones patrióticas. «Decimos en voz alta 'no' a este gobierno, 'no' al tirano, 'no' a la represión», gritaba con todas su fuerzas Leyla, estudiante de español que quiere «vivir a tope» cada segundo de la nueva realidad del país. Desde ayer el toque de queda fue retrasado de seis a ocho de la tarde, con lo que la movilización popular tuvo dos horas más para mostrar con libertad su enfado con el actual Gobierno de transición dominado por figuras del antiguo régimen.

Los gritos parecieron llegar hasta el despacho del presidente interino, Fued Mebaza, que se comprometió a llevar a cabo «una ruptura total con el pasado» realizando «profundas reformas». Fue el segundo gesto de esta figura del antiguo Gobierno de la dictadura que apenas 24 horas antes, de la mano del ahora primer ministro Mohamed Ghanuchi, anunciaba su decisión de dejar de ser miembro del RCD.

Televisión sin censura

«El Estado está con vosotros, estamos reformando todo y la voluntad del pueblo está siendo respetada, también en el plano de las ideas», proclamó el recién nombrado presidente en una declaración retransmitida por la televisión estatal, que tras 23 años de control se ha convertido en una especie de tertulia permanente donde se puede opinar sin censura sobre la política doméstica.

Pero los tunecinos no olvidan. En cada protesta se pueden ver ahora imágenes del mártir Mohamed Bouazizi, que se prendió a lo bonzo el mes pasado sirviendo de auténtico impulso para la revuelta, vestido con las galas de presidente. Las bajas están muy presentes en las movilizaciones y Naciones Unidas aseguró haber «recibido información sobre más de cien muertes en las últimas cinco semanas como resultado de fuego real, suicidios de protesta y los sangrientos motines carcelarios del pasado fin de semana». Fue el balance de la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navy Pillay.