El Villamarín disfruta
Un magnífico primer tiempo del Betis fuerza a un Barça repleto de suplentes a ponerse serio en la segunda mitad
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEs verdad que Guardiola se llevó todo a Sevilla para encarar el partido de vuelta (5-0 en la ida) ante el Betis en el Benito Villamarín pero mucho de lo bueno se lo dejó en el banquillo. Pero con la renta que traía tampoco era muy arriesgado sacar un once compuesto solo por tres titulares (Xavi, Piqué y Messi) y el resto suplentes aunque de sobrada calidad como Maxwell, Adriano, Mascherano, Bojan, Afellay, Gabi Milito, Keita y Pinto. Lo que no entraba en los planes de Guardiola, y de casi nadie, es que al su Barcelona se le presentara un terremoto verdiblanco en los primeros diez minutos. Tanto fue el revuelo del conjunto local, espoleado por su afición, que aquel que llegara tarde a la retransmisión del partido seguramente tendría que acercarse un poco más al monitor para cerciorarse de que lo que estaba viendo era verdad. Y bueno si lo era porque Jorge Molina, en el segundo y séptimo minuto de juego, empujaba a los béticos a soñar hasta que apareción el de siempre. Esta vez fue en el minuto 36 cuando Messi le ganó la partida en una carrera para llevar cordura al marcador. Pero los béticos se resistieron y a poco para el descanso Arzu aprovechó un balón en el área culé para volver a llevar la locura a la grada.
El Betis echó varios metros atrás en la reanudación, lo que aprovechó el Barça para pisar fuerte. Tanto avanzó el once azulgrana que Messi falló un penalti mandando el balón alto.
El partido, como era previsible, perdió en intensidad. Pero de vez en cuando aparecía la chispa del primer tiempo. Como en el minuto 20 de la segunda parte cuando tras una jugada de Jonathan Soriano le llegó el balón a Nacho para que de un zurdazo hiciera sonar la escuadra de Pinto. Este aviso volvió a ponerle las pilas al Barcelona que, tras la entrada de Busquets, contemporizó algo más el partido y lo llevó a su terreno acercándose de vez en cuando a la meta contraria aunque 'respetando' la fiesta local que a ellos le daba la clasificación que certificaron en el partido de ida en el Nou Camp.
Los últimos minutos apenas sirvieron para que la grada disfrutara con la victoria del Betis y para que el recién entrado en el campo Jeffren dejara alguna que otra cosa para la galería.