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Napolitano pide a Berlusconi que aclare el 'caso Ruby'

«¿Dimitir? Estáis locos», replica el primer ministro, que tacha el caso de «proceso mediático subversivo»

ROMA. Actualizado: Guardar
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La presión en torno a Silvio Berlusconi para que ataje el escándalo del 'caso Ruby', en el que está acusado de prostitución de menores y concusión -abuso de autoridad- llegó ayer de todos los frentes. Del jefe de Estado a la oposición, de la Iglesia a los empresarios. Con llamadas a que se presente a declarar a los fiscales para aclarar todo mientras llueven las peticiones de dimisión. «Hay que tomar decisiones porque el país necesita un Gobierno capaz de gobernar», dijo la líder de la patronal, Emma Marcegaglia.

La oleada de escuchas telefónicas que apareció ayer en la prensa ofrecían detalles tan bochornosos que ha cundido el pánico. Tras cinco días de desgaste de la imagen del país, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, lamentó «la turbación de la opinión pública ante la acusación al primer ministro de graves hipótesis de delito». Por eso pidió que se proceda lo antes posible a «una verificación de los datos de la investigación». Es decir, que el proceso siga su curso y aclare cuanto antes el caso. Es lo mismo que pedir a Berlusconi, llamado a declarar el viernes, el sábado o el domingo, a su elección, que colabore con la Justicia.

Sin embargo, será difícil que el 'Cavaliere' ayude. Ayer, en su primera salida pública desde que estalló el escándalo, el pasado viernes, repitió que el caso es un «proceso mediático con fines subversivos». «¿Dimitir? Estáis locos», dijo a los periodistas, para asegurar después que se está «divirtiendo» y está «absolutamente sereno». Berlusconi se reunió con el jefe de Estado por la tarde durante una hora, pero al salir no dijo nada. Aún no ha desvelado qué estrategia va a seguir para salir de esta crisis, porque está calculando la jugada, pero todo parece indicar que se negará a declarar ante los fiscales. Posiblemente después presente un recurso contra la competencia del tribunal. Por dos razones. Una, territorial, argumentando que el caso compete a Monza, municipio donde habría tenido lugar el supuesto delito de prostitución. Otra objeción es de legitimidad, pues opina que el caso es competencia del tribunal de ministros. Un recurso así bloquearía y retrasaría el proceso. Por otro lado, el Parlamento debe decidir si autoriza el registro del despacho de su tesorero, presunto contable de la red de prostitución. El partido de Berlusconi, con mayoría en la cámara, puede aplazar la decisión un mes. En resumen, el 'Cavaliere' tiene la opción de intentar parar el proceso.

Otra alternativa es jugar la carta de las elecciones anticipadas, para intentar una absolución en las urnas de los italianos, como en el pasado. Aunque Berlusconi tiene que mirar con lupa los sondeos y el poder es un lugar más cómodo para defenderse. Sin embargo su Gobierno tiene una mayoría de tres escaños y corre riesgos. Su socio, la Liga Norte, sigue el caso con disgusto, y los aliados de los que el 'Cavaliere' esperaba echar mano para mantenerse, centristas y democristianos, quizá cambien de idea con el escándalo. El Vaticano puede dar contraorden. De momento, solo su partido le defiende.