Haití lleva al exdictador Duvalier ante la Justicia

El exdictador Jean- Claude Duvalier pasó el lunes su primer día de vuelta en Haití recibiendo a viejos amigos y colaboradores, pero al segundo las visitas se tornaron menos amistosas. Un contigente de la Policía fuertemente armado escoltó al juez y al fiscal que condujeron a 'Baby Doc' ante los tribunales para continuar el interrogatorio. La Fiscalía presentó anoche cargos por malversación pública, robo y corrupción.

«A ver si lo meten en prisión», dijo su amigo y exembajador en París Henry Robert Sterlin en tono desafiante. Según contó a la prensa, que compartía la espera en los aledaños del Hotel Karibe, junto a 200 de sus seguidores, Duvalier ha vuelto «conmovido» por las imágenes del terremoto, cuyo primer aniversario se cumplió la semana pasada.

El exdictador es responsable de uno de los capítulos más oscuros de la historia de Haití. La brutal represión, primero de su padre y luego de él mismo, costó entre 20.000 y 30.000 vidas y envió al exilio a la clase media y los intelectuales. Además, se considera a ambos responsables de expoliar al menos 12.000 millones de dólares (8.965 millones de euros), más de lo comprometido por la comunidad internacional para la reconstrucción de Haití en los próximos diez años.

En los últimos años ha manifestado su deseo de volver al país e incluso de presentarse a las elecciones. El Gobierno de René Préval le había advertido de que si regresaba sería enjuiciado por sus crímenes y expolios, como demandaron el lunes las organizaciones de derechos humanos y países como Canadá, que albergan a gran parte de la diáspora haitiana. Pero el Ejecutivo de Préval, debilitado por tratar de imponer a un sucesor en las fraudulentas elecciones de noviembre, tiene poco colmillo para cumplir su amenaza.

Los 200 seguidores de 'Baby Doc', que le recibieron en el aeropuerto y han hecho guardia junto a su hotel, gritaban ayer «Larga vida a Duvalier», como si se tratara de un rey. Su júbilo ha creado la ilusión en las calles de que es bien recibido, pero la realidad es que los haitianos están tan desesperados que aceptan el regreso de cualquiera que diga venir a ayudarles. Entre estos se encuentra otro presidente exiliado, Jean Bertrand Aristide. Según el rumor que domina las calles de Puerto Príncipe, Aristide ya habría abandonado su exilio en África y espera en Panamá una señal para desembarcar.