ESPAÑA

Las pruebas exculpan al detenido por la agresión al consejero murciano

El único indicio contra el radical detenido es la identificación que hizo el propio consejero; el resto apunta a su inocencia

MURCIA. Actualizado: Guardar
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Cuanto más indaga la Policía, más datos acaba acumulando en favor del joven de extrema izquierda José David B. L., detenido el domingo como sospechoso del brutal ataque al consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz. Ayer noche, después de 50 horas arrestado, la investigación parecía hacer aguas por todas partes: los agentes de la Brigada de Información, que llevan el peso del asunto, no han conseguido en dos días que el ultra admita la menor participación en los hechos. Al contrario, insiste en su inocencia y asegura que nada tiene que ver con la agresión. Fuentes próximas al caso admiten que el joven ha llegado a estar derrumbado psicológicamente, incluso sumido en un intenso llanto, y que pese a ello se niega a admitir algún tipo de responsabilidad en los hechos. «Esta gente está muy curtida en estas lides y no es de las que se echa a llorar a las primeras de cambio. Y si está en ese estado y no confiesa, es que quizás sea cierto que no tenga nada que ver en el asunto», admiten las fuentes citadas, cada vez menos convencidas de que José David B. L., alias 'Joseda', esté detrás de la agresión.

De otro lado, el registro realizado en el domicilio del sospechoso tampoco ha aportado algo relevante al asunto. Parece que los agentes se limitaron a llevarse unas bufandas del grupo 'City Boys', constituido por hinchas radicales del Ciudad de Murcia, así como un diploma que acredita que ha recibido clases de artes marciales.

Al teléfono en otro sitio

Además, el 'sharpero' -integrante de un grupo de rapados de extrema izquierda, agrupados bajo las siglas SHARP (Skin Heads Againts Racial Prejudice; esto es, Skin Heads Contra los Perjuicios Raciales)-, parece tener coartada, ya que asegura que en el momento de la agresión se encontraba por Corvera y Baños y Mendigo, en el Puerto de la Cadena, que es la zona en la que reside junto a sus padres. Los policías han dedicado horas a buscar datos que desacrediten esa versión, en apariencia sin resultados positivos.

Lo más determinante, sin embargo, de todo lo conocido hasta el momento es que, según fuentes de la investigación, el rastreo del teléfono móvil del detenido lo sitúa a varios kilómetros de distancia del suceso. Los investigadores tenían depositadas grandes esperanzas en esta prueba, ya que la actual tecnología permite conocer, con tremenda precisión, dónde se encuentra en cada momento un terminal móvil. Pero los resultados, en vez de confirmar que el 'sharpero' se encontraba en la zona donde fue apalizado Pedro Alberto Cruz, estaba a gran distancia de allí. Además, a la misma hora recibió y contestó a una llamada. Y aunque cabe la posibilidad de que fuera una segunda persona quien portaba ese teléfono, esa opción se considera en ámbitos policiales «demasiado retorcida» como para tenerla en cuenta.

Pedro Alberto Cruz abandonó ayer a primera hora de la mañana el hospital Reina Sofía, donde permanecía desde el sábado, pero las cámaras no pudieron captar el momento. El consejero de Cultura se dirigió directamente desde la habitación 515, en la que ha permanecido ingresado, hasta el aparcamiento, evitando a las decenas de periodistas que se arremolinaban en la puerta.