Sociedad

LÓGICA INEXORABLE

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La lógica de la industria es inexorable. Y no sólo porque la taquilla, la modernidad socio-tecnológica y la fuerte inversión desembolsada por Sony en la promoción de 'La red social' explican los cuatro premios de la película en los Globos de Oro, sino también porque los miembros de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood suelen preferir los dramas a las comedias y las actrices y actores ya consagrados a las promesas en ciernes.

Esto explica también el éxito de Natalie Portman en 'Cisne Negro', una actriz ya interpretativamente madura en una película de notable éxito comercial, cuya producción recae también en la filial de la cinta ganadora, la Sony Classics. Lo mismo se puede decir de Annette Bening, triunfadora como actriz de comedia por su papel en 'Los chicos están bien', una película de la Paramount que cumple con sus dos estatuillas la obligada atención de los organizadores al género menos dramático.

En la nómina de los perdedores hay que citar el fiasco de 'Biutiful' y Javier Bardem, una decisión protestada por los críticos; y el escaso balance obtenido por la excelente película 'El discurso del rey', cuya única estatuilla, concedida a Colin Firth, no está en consonancia con las cinco nominaciones previas.

Por lo demás, la lógica inexorable de la industria de Hollywood también se extendió a la mayoría de asimétricos que desfilaron por la alfombra roja, a los chistes sobre los millones de dólares ganados por Mark Zuckerberg y su Facebook, al sentimentalismo de recuperar en el escenario a Michael Douglas y a las distintas fiestas del Beverly Hilton, sí, como demostración palpable de que la industria es también ilusión y glamour.