Los cigarrillos electrónicos se agotan en las farmacias del centro de la ciudad

A principios de año siempre nos marcamos nuevos propósitos que alcanzar. Que si empezar a comer más saludable; que si nos apuntamos al gimnasio para ponernos en forma... pero dejar de fumar se ha convertido en el último tiempo en uno de los objetivos más populares. Quizás sea porque con la nueva y más restrictiva ley antitabaco en vigor algunos fumadores confiesan que se sienten «entre la espada y la pared». Por eso, tal vez lo mejor, en estas circunstancias, sea hacer de estas recientes prohibiciones el perfecto pretexto para empezar con nuevos y más saludables hábitos.

Entre los productos que ayudan a dejar de fumar se encuentran los chicles con nicotina; los parches, también con nicotina; las pastillas prescritas que pretenden contrarrestar el efecto que produce el tabaco en nuestro organismo, como es el caso de Champix; y ahora también el cigarrillo electrónico. Este último es el novedoso y actual producto estrella, agotado en la mayoría de las farmacias del centro.

«No hay ningún mayorista que nos pueda suministrar nueva mercancía y solo nos queda algún que otro cartucho», asegura uno de los farmacéuticos.

La primera oleada de ventas se produjo durante las fiestas, pero a día de hoy siguen las peticiones casi masivas. Y los dos o tres cigarrillos electrónicos que permanecen en las farmacias están ya apartados.

«Las señoras se lo llevan a sus maridos, a ver si así consiguen convencerlos para que dejen de fumar», comenta el farmacéutico de la calle Larga, Jesús Muñoz. «Otros incluso quieren uno porque, aunque hace tiempo que dejaron de fumar, desean un cigarrillo para quitarse el mono». Lo cierto es que, sea cual sea el motivo de compra, con el cigarrillo electrónico se ha abierto un nuevo frente que, al menos por el momento, tiene las ventas prácticamente aseguradas.

Un tirón que algunos comerciantes pretenden aprovechar para intentar sacar el máximo beneficio posible. Por eso mismo, en la farmacia de la calle Porvera comentan que están esperando a que llegue la nueva mercancia. «Hemos tenido mucha suerte poque acabamos de dar con un nuevo mayorista italiano y estamos a la espera de que nos llegue el material que hemos pedido», nos informa la farmacéutica, María Rodríguez.

El cigarrillo electrónico parece a simple vista un pitillo corriente. De hecho «hay gente que ha llegado a echarse encima del fumador porque creía que era uno de los de toda la vida», comenta el farmacéutico, Carlos Millares. Y es que este nuevo dispositivo, tan solicitado por los compradores, pretende sustituir la sensación de fumarse un cigarrillo en casi todos los aspectos.

«Hecha vapor de agua y tiene cartuchos de diversos sabores para cambiar. Los hay con sabor a canela, a limón, a manzana y, para los más enganchados, los hay también con sabor a tabaco, para que la sensación sea lo más real posible».

El resultado es un cigarrillo que se parece más a un móvil que a otra cosa. «Viene con varios cartuchos y con un cargador, que cuando lo enchufas se enciende una lucecita roja, señal de que se está cargando».

La duración de un cigarrillo electrónico no está del todo claro. Según el fabricante debería llegar a las 400 caladas, y cierto es que a muchos les ha durado un mes, pero otros se lo han fumado en una sola noche. «Todo depende del ansia que tengas a la hora de dar las caladas». Por eso mismo, una usuaria del cigarrillo electrónico nos recomienda que «lo primero que hay que hacer es mentalizarse».

«Este año parece que más gente se ha propuesto dejar de fumar. Y se ha notado en las ventas, sobre todo en el caso del cigarrillo, del que no tenemos más ejemplares en stock».

«El cigarrillo electrónico parece tan real a simple vista que hay gente que ha llegado a echarse encima del fumador porque creía que era un pitillo de los de toda la vida»