El magnate dice que es solo «fango»
ROMA. Actualizado: GuardarSilvio Berlusconi solo habló ayer a través de una nota, muy dura: «Estamos ante el enésimo teorema construido para arrojar fango sobre mí en el intento, ilusorio, de eliminarme de la escena política. Pero esta vez ha sido superado cualquier límite». Él también tiene la impresión de que es el escándalo más grave que le acosa en los últimos años. «Nunca en diecisiete años de encarnizada persecución judicial algunos fiscales de Milán habían llegado a manipular en modo tan inverosímil y grotesco la realidad de los hechos, las garantías constitucionales y el estado de derecho», afirma. El primer ministro, que ha leído ya las actas acusatorias, censura que hayan sido pinchados los teléfonos «durante meses y de manera sistemática» de quien va a su casa. «Como si ser huésped del primer ministro fuera un grave indicio de delito», señala. Para él, no obstante, en las grabaciones solo hay «charlas y conversaciones privadas sin relevancia penal».
Tras estallar la primera fase del escándalo, en octubre, los abogados de 'Il Cavaliere' se movieron con un informe defensivo e interrogaron al menos a cincuenta personas invitadas a sus fiestas, chóferes y camareros que niegan cualquier velada de tipo sexual. El letrado Niccolò Ghedini reunió a las chicas de los pisos de Milano 2 para cubrirse las espaldas con declaraciones juradas. La prensa afirma que hay más testigos que escaparon a su control.
En el proceso por vía rápida que han elegido los fiscales Berlusconi está llamado a declarar la próxima semana. Puede elegir que sea el viernes, el sábado o el domingo. No se sabe si acudirá, pero puede echar mano de nuevo de los «legítimos impedimentos» de su agenda. Después, será el magistrado quien decidirá si se puede abrir el juicio.