Ignacio Moreno aún se fuma un puro, aunque si tragarse el humo. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Jerez

«Fueron las palabras de mi hijo lo que me hizo dejarlo»

Ignacio Moreno Presidente de l Ateneo

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El presidente del Ateneo ha pasado más tiempo de su vida fumando que sin fumar. Hace 15 años que no se lleva un cigarro a la boca. Ignacio Moreno hace hincapié en la palabra 'cigarro', porque de vez en cuando, una vez al mes, se consiente el capricho de fumarse un puro, aunque sin tragarse el humo. Empezó a fumar cuando tenía 22 años debido a su jefe. «Solíamos viajar mucho por África y él fumaba y bebía por las noches. Siempre me decía: ¿me vas a dejar solo?». Y como era el jefe lo acompañaba.

El motivo por el que dejó el hábito fueron las palabras de su hijo. «Me dijo, cuando aún era pequeño, que estaba preocupado por mi salud. Yo llevaba muchos años fumando y consideré oportuno dejarlo». No lo hizo de forma inmediata. «Pensé que un cigarro de vez en cuando no me vendría mal... hasta que mi hijo me pilló». Fue entonces cuando le dijo que le había decepcionado. «Esas palabras me calaron hondo y lo dejé de una vez por todas». Aún recuerda los días siguientes a esta decisión, «pero nadie se muere por dejar de fumar, más bien al contrario». Como muchos ex fumadores, Ignacio Moreno se ha vuelto «algo intransigente» con el humo de otros que siguen con el hábito. «No aguanto que en un local cerrado haya otras personas fumando, aunque si es en un espacio abierto no me molesta siempre y cuando recojan las colillas».