El golpe de Estado planea sobre Túnez al intensificarse la rebelión en las calles
El presidente Ben Ali destituye al ministro del Interior y excarcela a los detenidos en la revuelta en un intento de frenar las protestas
RABAT. Actualizado: GuardarNi la destitución del ministro del Interior, ni el anuncio de liberación de todos los detenidos en las protestas consiguieron ayer debilitar el ánimo con el que los tunecinos salieron a la calle a manifestarse contra el desempleo, la falta de oportunidades y la corrupción del Gobierno de Ben Ali. Las revueltas se acentuaron en la capital del país magrebí, donde solo el toque de queda nocturno llevó la calma.
Las principales avenidas de la ciudad de Túnez presentaban, según testigos, un aspecto insólito, con tanques y soldados desplegados en las inmediaciones de edificios oficiales, la televisión pública y algunas embajadas como la francesa. La capital vivió momentos de tensión durante las protestas de grupos de jóvenes tanto en el centro como en la periferia, donde se pudo escuchar por primera vez en décadas gritos de «¡Fuera Ben Ali!» y contra la rampante corrupción de las clases dirigentes. Las manifestaciones derivaron en violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que utilizaron gases lacrimógenos.
El cierre indefinido de escuelas y universidades, decretado el martes, no ha sido suficiente para contener las protestas, por lo que el Gobierno anunció ayer la imposición del toque de queda en la capital y alrededores -el día antes ya se había decretado en varias ciudades del interior- desde las 20.00 a la 5.00 horas.
Los jóvenes no solo están siendo protagonistas, sino también fuentes de información en ausencia de medios de comunicación independientes. Redes sociales como Facebook y Twitter, y portales de vídeo como Youtube, se han convertido en vehículos para dar a conocer al mundo lo que sucede.
Reguero de víctimas
Las protestas también continuaron en oeste y el sur, donde ayer se produjeron dos muertos más en la localidad de Douz. Según la agencia AFP, la Policía disparó contra una manifestación y mató a un profesor universitario y a un electricista, además de herir a otras cinco personas. Reuters informó de otra víctima mortal en Thala. Al parecer, según el relato del hermano del fallecido, un agente le disparó tras ordenarle, sin éxito, que abandonara una manifestación. El joven era sordo. Los sindicatos aseguraron que en Gafsa se produjeron siete nuevas muertes la noche del martes.
El anuncio de la creación de 300.000 puestos de trabajo que hizo el presidente no ha sido suficiente para calmar los ánimos de los manifestantes, que no creen en las palabras del jefe del Estado, en el poder desde hace 23 años. La situación es complicada para el régimen, ya que el carácter espontáneo de las protestas, sin líderes ni cabecillas, hace imposible la negociación.
Ayer, Zine el-Abidine Ben Ali destituyó al ministro del Interior, Rafik Belhaj Kacem, que fue reemplazado por Ahmed Friaa. También anunció la inmediata liberación de todos los detenidos en las revueltas que no hayan cometido actos criminales, en un intento de calmar a las masas y a la comunidad internacional que ha comenzado a criticar la violenta represión.
El primer ministro, Mohamed Ghanuchi, informó de la creación de una comisión que investigará los casos de corrupción en el estamento del poder. Muchas fuentes, así como las revelaciones de Wikileaks, apuntan a la esposa del presidente, Leila Ben Ali, como la cabeza de la corrupción en palacio, aunque otros miembros de la familia presidencial también estarían implicados.