MUERTE DE UN CICLISTA

Alberto León, de 37 años, casado y padre de dos hijos, decidió ahorcarse. Una determinación que no permite rectificaciones. Al exciclista lo implicaron en la 'operación Galgo' contra el dopaje en el atletismo y estuvo detenido a finales del año pasado. Al viejo deportista, ya que en el deporte se llega a viejo mucho antes de los 40, le consideraban los detectives de la droga el hombre de confianza de Eufemiano Fuentes, presunto cerebro de la trama y alquimista. Llegará un día en que se investigue también a los que tomen Viagra con gaseosa La Casera, que tengo entendido que era la pócima con la que impregnaba sus flechas en el carcaj el voluble Cupido.

Dicen que Alberto León era el encargado de transportar las bolsas de sangre a los deportistas. Una especie de 'chico para todo' cuya misión era que no les pasara nada a los verdaderos culpables del negocio. Hay bastantes ingredientes para construir un guión de película policíaca, pero se está hablando de otra cosa más importante que la vida de un muchacho utilizable. El fútbol ha coronado a Messi como el mejor jugador del mundo y tenemos conversación para rato. Nadie, ni sus involuntarios rivales Iniesta y Xavi, cuestiona que no sea Messi el mejor: lo que se pone en duda es que se le reconozca. «Yo se lo hubiera dado a Xavi, que tiene menos tiempo para ganarlo», dicen algunos. Otros se lo hubieran concedido a Iniesta, que metió el gol decisivo para España. Todos tienen razón, pero ya se sabe que con la razón no se va a ninguna parte.

Lástima que con el Balón de Oro no se puedan hacer tajadas. Seguiremos hablando de eso más que del mosqueante alto el fuego permanente, «general y verificable», de ETA. De lo que no hablará nadie a partir de mañana es de la muerte de un ciclista al que utilizaron como vampiro inocente los que comercian con sangre.