ESPAÑA

El acusado de atropello doble en Huesca declara que fue un accidente

El joven, que se enfrenta a 20 años de prisión, mató a dos personas e hirió a otras ocho a la salida de una discoteca

HUESCA. Actualizado: Guardar
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El juicio contra el joven conductor Víctor Manuel Gómez Rivero, acusado del homicidio de dos personas y de herir a otras ocho al arrollarlas con su coche ante las puertas de la discoteca Manhattan de Huesca , en julio de 2007, ha negado en la Audiencia Provincial que tuviera intención de causar daño.

Así lo declaró en la primera jornada del juicio que durante esta semana se celebrará en la Audiencia de Huesca sobre este accidente , que se produjo a las 06.00 horas del 28 de julio de 2007 y que lamenta «todos los días», según afirmó en la sala.

La vista comenzó con la declaración del acusado, recibido a su llegada y a la salida del tribunal con gritos de «asesino» por parte de familiares de alguna de las víctimas, quien explicó que aún desconoce los motivos por los que aceleró su vehículo al entrar en la calle del polígono industrial donde se ubicaba la discoteca. Gómez Rivero, sobre el que pesa una petición fiscal de 20 años de prisión y de más de 600.000 euros de indemnización a las víctimas, señaló que al entrar en una curva, perdió el control de su vehículo y se abalanzó contra las puertas del local, donde se concentraban los clientes que salían de la sala.

Negó que hubiera obrado de forma intencionada, en represalia contra el portero de la discoteca que unas horas antes le había impedido el acceso a la discoteca, al ir vestido en chándal. El procesado aseguró que tras el accidente no fue consciente de los daños personales que había causado y que tuvo conocimiento del alcance del accidente al leer en una ficha policial que estaba detenido por homicidio imprudente.

En su relato de los hechos, comentó que tras el intento fallido de entrar en la discoteca se desplazó a un pub oscense con un amigo, donde tomó un tequila y varias cervezas. Posteriormente, se desplazó a la localidad próxima de Grañén para tomar unas copas junto a unos amigos, con los que regresó a la capital altoaragonesa sobre las 06.00 horas de la madrugada. Según el acusado, al llegar a Huesca, un amigo le sugirió ir a la discoteca. Explicó que al entrar en la recta del polígono donde esta la discoteca decidió acelerar al ver que no había tráfico. A este respecto, destacó que no pudo controlar el coche para evitar que se estrellara contra los clientes. Las pruebas revelaron una tasa de más de 1,37 miligramos de alcohol en sangre, que había consumido cannabis y MDMA.