Francisco Álvarez-Cascos, en un reciente acto en Asturias. :: EFE
ESPAÑA

El PP mantiene que ninguna de sus encuestas otorgaba a Cascos mayoría absoluta

La dirección nacional constató en noviembre una «curva descendente» en los apoyos a la opción del exvicepresidente

MADRID. Actualizado: Guardar
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Francisco Álvarez-Cascos apeló en abril de 2010 al apoyo de una «marea creciente» de militantes para comenzar una esperpéntica carrera hacia la designación como candidato del PP a la Presidencia de Asturias. Han sido nueve meses de extravagancias, propias y ajenas, que acabaron el 30 de diciembre con la decisión del Comité Electoral del PP de optar por Isabel Pérez-Espinosa como primera espada para los comicios de mayo. Una propuesta que llevó el marchamo de Mariano Rajoy y de María Dolores de Cospedal y que, por lo tanto, generó una exigua discusión interna y un monumental enfado del derrotado que presentó su baja en el partido, tras 34 años de militancia.

Desde abril a diciembre, sin embargo, la opción de Cascos tuvo momentos álgidos. Al principio -y este fue uno de los mayores desatinos- la cúpula del PP asturiano apoyó la posibilidad de que el ex vicepresidente del Gobierno fuese el elegido para, apenas unas semanas después, desandar ese camino para convertirse en los peores enemigos de Álvarez-Cascos. Una fluctuación que enervó a Mariano Rajoy por violar una de sus primeras máximas: no fabricar ni inventar problemas donde, sencillamente, no existen.

Las encuestas se convirtieron en un arma de doble filo para las aspiraciones de Álvarez-Cascos. Antes del verano, la dirección nacional encargó diversos sondeos que, contra lo vaticinado en algunas de las plantas nobles de la sede de calle Génova, constataban un resultado favorable para el que fuera número dos del PP. Es más, una encuesta publicada el 31 octubre por el diario El Comercio aseguraba que el PP rozaba la mayoría absoluta en Asturias con Cascos como estandarte. Nunca antes una prospección electoral había otorgado a los populares la posibilidad real de gobernar en Asturias, uno de los feudos socialistas más añejo.

Suerte echada

Sin embargo, poco más de un mes después, la vicesecretaria general de Organización del PP, que dirige Ana Mato, presentó durante el IV encuentro de Presidentes Provinciales de esta formación, una encuesta que marcaba «una curva descendente» en las preferencias de los asturianos hacia una hipotética candidatura capitaneada por Cascos. Un cambio de tendencia que varios dirigentes nacionales achacaron entonces a las trifulcas entre los 'casquistas' y los 'oficialistas' leales a Ovidio Sánchez y al alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo. Fue el primer aviso de que la suerte estaba echada. Francisco Álvarez Cascos no sería el candidato del PP. Sólo faltaba hacerlo público en el momento adecuado. Los asesores de Rajoy pensaron, tal y como adelantó este periódico, en dos fechas o el 23 o el 30 de diciembre, fechas en las que los ciudadanos están más pendientes de las fiestas navideñas que de las intrigas palaciegas en los partidos políticos.

«Nunca tuvimos una encuesta que nos otorgara mayoría absoluta con Cascos», enfatiza un miembro de la dirección nacional. La misma fuente recuerda que en las elecciones autonómicas de 2007 «el PSOE sólo sacó un parlamentario más que nosotros».

Una reflexión que hilvana con el hecho de que el empuje actual de la marca PP, «con el fuerte liderazgo de Mariano Rajoy» garantizaría por si sola una victoria del PP sobre el PSOE en número de diputados en los comicios del próximo mes de mayo. La clave esta comunidad, al igual que pase en otros territorios como en Andalucía, no es vencer, sino obtener mayoría absoluta, ya que el PSOE siempre va a sumar con IU.