Artículos

La ciudad menguante

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si hace unos días el I.N.E. fijaba el censo de Cádiz capital en 125.826 habitantes a 1 de enero de 2010, hoy posiblemente, un año más tarde, los empadronados en Cádiz seremos menos de 125.000, pues la última tendencia es de una disminución próxima a los mil habitantes por año. Muy lejos queda esa localidad floreciente de más de 157.000 vecinos de 1991. En 19 años, la urbe ha perdido 32.000 censados, la sangría continúa y próximamente será la capital andaluza con menos habitantes, pues nos superará Jaén. Aunque es cierto que la ciudad tiene el gran inconveniente de su espacio físico pues no puede crecer, lo preocupante no es que no crezca sino que mengue tanto. Por mucho que las autoridades municipales lo nieguen y dediquen inútiles y cuantiosos recursos para intentar maquillar la evidencia, la realidad es tozuda. Si ese mismo dinero se hubiera dedicado a estudiar las causas y a analizar las acciones a emprender para mitigar esta despoblación, al menos ese gasto que ha incrementado el déficit hubiese servido para algo. Lo que cuestionan los datos es el propio modelo de ciudad. Cádiz es una ciudad administrativa con una economía basada principalmente en el turismo. ¿Cuántas casas son de propietarios de fuera de la ciudad que pasan aquí sólo una temporada? El precio de las viviendas ha obligado a muchos gaditanos a abandonar la ciudad, pero ha permitido que muchos de fuera, con mayor poder adquisitivo, adquieran su vivienda de veraneo en Cádiz. Estos nuevos habitantes no suman, porque permanecen empadronados en sus poblaciones de origen, donde pasan la mayor parte del año.

Además, Cádiz envejece. Prueba de ello es la existencia de tres tanatorios en la capital, que son de los pocos sectores económicos en alza en la ciudad. También los proyectos de residencias de ancianos se multiplican. Así, junto a los previstos geriátricos de San Juan de Dios, Santo Domingo y el Centro Integral de Mayores en Puntales, el Ayuntamiento pretende construir otro en una parcela anexa a la parroquia San Vicente de Paúl, con un gran aumento de plazas disponibles para personas dependientes. Este envejecimiento constante es un lastre para el desarrollo, pues las ciudades dinámicas son aquellas con un gran porcentaje de población joven.