Los presidentes de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y ACS, Florentino Pérez, en Madrid. :: EFE
Economia

ACS eleva la presión sobre Iberdrola al alcanzar el 20%

La constructora hará valer esta participación para entrar en el consejo de la eléctrica y ganar el pulso en los tribunales

BILBAO. Actualizado: Guardar
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ACS confirmó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) lo que era un secreto a voces. Desde hace unos días, ya ha superado el 20% en Iberdrola -en concreto, el 20,2%- tras una actividad frenética durante el mes de diciembre, cuando compró acciones equivalentes al 4,3% del capital por un valor de 1.370 millones. Florentino Pérez ha cumplido así su promesa de alcanzar la citada cota justo antes de las campanadas. Es probable que su deseo para este nuevo año sea hacer valer esta participación para entrar en el consejo de administración de la eléctrica, algo a lo que se opone la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán y que se dirime en los tribunales.

No obstante, alcanzar ese 20% reporta beneficios desde ya a ACS. Para empezar, las últimas compras las ha realizado a un precio mucho más bajo que las anteriores debido a que Iberdrola cotizaba en torno a 5,3 euros a principios de diciembre, con lo que desciende el coste medio de adquisición de su paquete accionarial. Hay que recordar que al principio pagó más de 9 euros, con lo que acumula importantes pérdidas en la posición -rondan los 1.800 millones de euros porque se calcula que ha puesto 8.000 millones y ahora vale en el mercado 6.200- . La otra ventaja es que ahora la participación la puede contabilizar como una inversión estratégica permanente de forma que esas minusvalías no van directamente a la cuenta de resultados.

Tribunales

Pero el objetivo último de ACS al llegar a ese 20% es contabilizar por puesta en equivalencia su participación en Iberdrola, de forma que pueda apuntarse la parte proporcional de los beneficios de la eléctrica y no solo los dividendos. En principio, las normas internacionales de contabilidad establecen que una vez alcanzado el citado umbral se tiene derecho a esa ventaja porque se presupone que el accionista en cuestión tiene una «influencia significativa» sobre la empresa. Pero no es tan fácil. El artículo añade una excepción: «que pueda demostrarse claramente que tal influencia no existe».

ACS puede ser ese caso ya que el equipo de Sánchez Galán, con el apoyo de la junta de accionistas, ha logrado frenar hasta el momento todos los intentos de la constructora para entrar en el consejo de administración y le ha privado de la posibilidad de participar en la toma de decisiones de política financiera. ACS ha llevado el asunto a los tribunales y el 18 de enero se iniciará el juicio en el Juzgado de lo Mercantil de Bilbao. Iberdrola alega que la contructora es una competidora en negocios como renovables, aunque ACS ha puesto esta área a la venta.

También hay dudas sobre si es válida la forma en que la empresa liderada por Pérez ha alcanzado ese 20%. Un 5% de ese porcentaje lo controla mediante derivados y el resto mediante sociedades muy apalancadas. Pero el hecho es que ACS ya suma más acciones de Iberdrola que el resto de accionistas estables juntos.