Economia

Los expertos desconfían de la evolución de las Bolsas europeas en este año

MADRID. Actualizado: Guardar
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El año bursátil 2010 tuvo muchos contrastes, entre el dinamismo de Wall Street y los países emergentes por un lado y los problemas de las plazas europeas por otro, en medio de una crisis de la deuda en la zona euro que todavía podría reservar malas sorpresas en 2011. No todas las plazas bursátiles fueron capaces de prolongar el claro repunte que habían vivido los mercados mundiales en 2009, tras un año 2008 golpeado por la crisis financiera.

«Desde el punto de vista macroeconómico, se logró estabilizar al enfermo. Pero los problemas están lejos de haber quedado resueltos. Nos encontramos a mitad de camino», explicó Yves Marçais, corredor de Global Equities. Los rescates de Grecia e Irlanda han tenido repercusiones en el mundo entero.

«La crisis presupuestaria en la Eurozona no es solo un problema regional», indicaron analistas de Natixis al recordar la exposición mundial a los activos de la zona euro y al crecimiento europeo. Era «uno de los temas claves en 2010 y lo será aún más en 2011», subrayó el analista Joshua Raymond, de City Index,

Reconoció no obstante que, junto a la permanencia de muchos problemas y a la dificultad de encontrar la dosis correcta entre el final de las medidas de reactivación y los presupuestos de rigor y austeridad, los inversores pueden volver a encontrar atractivo a los mercados de acciones gracias a los elevados precios de las materias primas, el nivel récord que ha alcanzado el oro y las incertidumbres del mercado de los bonos estatales.

En 2010, Wall Street consiguió encadenar un segundo año de buenos resultados, impulsado por las medidas excepcionales de la Reserva Federal norteamericana (Fed) y las señales macroeconómicas alentadoras a finales de 2010. El índice Dow Jones registró una progresión anual de 11,02%, el índice de valores tecnológicos Nasdaq de 16,91%, y el índice ampliado Standard and Poor's de 12,78%.

En Europa, el farolillo rojo correspondió a Madrid. Marcado por la crisis económica, la ofensiva especuladora y los temores de los mercados de que España pudiera encontrar dificultades para devolver la deuda, el parqué madrileño sufrió un desplome del 17,43%, la cuarta mayor caída de la década. Lisboa cerró con una pérdida del 10,4%, Atenas cedió el 35,62%, Dublín retrocedió el 3,02% y Francia tuvo un descenso del 3,34%. El año fue provechoso en los mercados emergentes asiáticos.