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«El bandolero es un mito fantástico y falso»
Pedro Luis Gómez publica 'La rosa del bandolero', la historia novelada de Cristóbal Ruiz Bermúdez
MADRID. Actualizado: GuardarNi románticos, ni galanes, ni salvadores del pueblo. Los bandoleros de verdad, no los que encarnaban Sancho Gracia y compañía en 'Curro Jiménez', eran sanguinarios, pendencieros y unos ladrones sin cuento. Uno de estos delincuentes fue Cristóbal Ruiz Bermúdez, más conocido como Zamarrilla, uno de los personajes más buscados por toda Andalucía. El periodista y escritor Pedro Luis Gómez (Málaga, 1956) recrea su vida en 'La rosa del bandolero' (Editorial Arguval), su segunda novela.
Ruiz Bermúdez nació en la localidad malagueña de Igualeja en 1796 y se convirtió en una de las referencias del bandolerismo nacional ya bien entrado el siglo XIX. «Es un ser muy desgraciado desde su nacimiento, marcado por la tragedia. Siendo muy joven tuvo que vengar a su hermana, que sufre una afrenta por uno de los terratenientes de la zona. De esta manera, se convierte en bandolero», apunta el autor y director de publicaciones del diario Sur. Su importancia fue tal que incluso fue uno de los motivos esgrimidos por el duque de Ahumada para crear la Guardia Civil, ya que estuvo cerca de cuarenta años sin que lo pudieran coger.
A partir de 1844, Ruiz Bermúdez se convirtió en uno de los objetivos principales a escala nacional. «Con él se quiere ejemplificar a una gente en particular», apunta Gómez, quien subsanó las lagunas de la historia real del bandolero con «mucha ficción». Pero lo que no es real es la imagen actual de estos forajidos. «El bandolero es un mito fantástico falso. Eran delincuentes, puros y duros, pero a muchos les obligaron las circunstancias», añade.
Fernando VII, culpable
La principal causa del auge de estos ladrones afincados en las montañas o en serranías como la de Ronda hay que buscarla en la gestión de Fernando VII, «el peor gobernante para España en general y para Andalucía en concreto». «Por su culpa, muchas personas humildes que habían participado en la lucha de España contra los franceses, se vieron avocados a entrar en la delincuencia», comenta el periodista. También achaca al monarca absolutista algunos de los problemas actuales de nuestro país, ya que «impidió que España se sumara al tren de la modernidad en el siglo XIX».
Algunos de estos bandoleros fueron miembros de las tropas españolas que lucharon contra los franceses y que, tras los avatares políticos, se vieron sin trabajo y sin sueldo con la llegada de los 'cien mil hijos de san Luis' para reponer el absolutismo. Otros entraban en este mundo por odios irracionales.
Es el caso de otro bandolero famoso, Tragabuches. «Fue un pobre torero que iba de Ronda a Málaga para un festejo que conmemoraba la vuelta al trono de Fernando VII. Cuando va por el camino, se cae del caballo y resulta malherido. Cuando vuelve a casa para curarse, descubre que su mujer lo engaña con el sacristán de la iglesia de Ronda. Lo mata y se tira al monte. Así le ocurre a él y a otros muchos», narra Pedro Luis Gómez
Muchos quedaron en el olvido, pero a otros todavía se les recuerda, como a Cristóbal Ruiz Bermúdez. Su fama fue tal que incluso hay una canción que narra la relación entre el bandido Zamarrilla y la virgen de la Amargura, una de las imágenes más queridas de la Semana Santa de Málaga, hasta el punto de que la cofradía de la que es titular es conocida de forma popular con el nombre de cofradía de Zamarrilla.