Hasta siempre, Daniel
Actualizado: GuardarDesde la consternación más profunda y dolorosa me llega la noticia del fallecimiento de un chaval que por suerte vi crecer en las instalaciones deportivas del Pedro Fernández, jugando al lado de multitud de chavales que por allí competían cada fín de semana vistiendo la elástica de su club del alma, el Avante G.E., que comandaban con el cariño más sincero y respetuoso grandes personajes del mundo deportivo en Cádiz, a lo mejor no tan conocidos para muchos pero no por eso menos importantes. La labor de formación que realizaban con esos jóvenes era de resaltar, quedando como siempre el resultado en un segundo plano. La cantina, donde yo me encontraba junto a mi tío Antonio, se convertía en el recreo de las anécdotas de gente tan admirada por mí como Jose Mari, Ramón, Emilio, Evaristo, y sobre todo tú, Selu, por anteponer tus chavales y tu club del alma a tus propios intereses familiares. Tú, que me aconsejabas con la mayor bondad y sinceridad sobre mis problemas y mis estudios. Tú, que con tus bromas y tus risas contagiabas el ambiente de una sintonía sin igual. Y, sobre todo, por ser el mejor padre del mundo, de eso que no te quepa la menor duda, porque todo aquel que te haya podido conocer sabe de los millones de amigos que tienes y que te ayudarán tanto a ti como a tu familia a pasar estos duros momentos. Desde aquí, Selu, al igual que tú hiciste en mis peores momentos, quiero ayudarte en todo lo que pueda, y decirte que tu hijo se llevó para la gloria no solo un pedazo de ti sino de todos nosotros. En su alegría clavado a ti, al igual que en la altura, el corazón y la raza que tenía, y sobre todo el pedazo de apellido que se ha llevado para mostrárselo orgulloso a los amigos. Seguro que ya ha formado dos equipos para jugar unos campeonatos, y le ha dicho a dos conocidos que se ha encontrado arriba como son Manolo (presidente del Esperanza) que no le ponga los sábado a las 9 a jugar y a Vicente Marrero, si el agua de las duchas sale fría. Por último decirles a toda la familia (Jonás, Saúl, Selu y mujer) que desde ahora la estrella más grande que brilla en el universo no se llama ni Cristiano ni Messi, sino Daniel, el del Avante.